Murió Rubble, el gato más viejo del mundo

"Adelgazó mucho y un día cruzó la calle y no volvió", reveló la mujer inglesa que estuvo a su lado durante 31 años

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Rubble murió a los 31 años
Rubble murió a los 31 años

Rubble, el “gato más viejo del mundo”, murió en la ciudad de Exeter, Inglaterra, a la edad de 31 años -el equivalente a casi 150 en años humanos-.

Michele Heritage, su desconsolada dueña de 52 años, le rindió tributo en sus cuentas de redes sociales y contó que lo adoptó siendo cachorro el día que cumplió 20 años y desde entonces fueron inseparables.

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El gato de raza Maine Coon se había convertido en el más viejo del mundo en mayo de 2019 al alcanzar los 31 años de edad. “No tenía problemas específicos de salud, pero murió de viejo. Adelgazó mucho y un día cruzó la calle y no volvió”, dijo Michele.

“Habría cumplido 32 años en mayo, así que fue un gran logro. Fue un compañero increíble con el que tuve el placer de vivir durante mucho tiempo”, contó la mujer, que atribuyó su increíble longevidad al hecho de que ella no tuvo hijos y lo cuidó como si fuera su madre.

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Rubble superó la marca de gatos vivos más viejos que había alcanzado Scooter, un siamés de Texas, que fue nombrado en el Libro Guinness a la edad de 30 años antes de morir en 2016.

Pero, según los libros de récords, el gato de mayor edad de todos los tiempos fue Creme Puff, que vivió 38 años y 3 días: nació el 3 de agosto de 1967 y murió el 6 de agosto de 2005.

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“El récord no nos interesaba”, dijo Michele sobre Rubble. “Envejeció muy rápido hacia el final, en Navidad le dije a mi marido que creía que sería la última que pasáramos con Rubble. Había empezado a dejar de comer y sólo bebía agua”, recordó.

“Se puso muy delgado. Fui a trabajar como siempre y cuando llegué a casa mi marido dijo que Rubble se había ido por la carretera como todos los días y nunca volvió, así que creemos que se fue a morir como los gatos”, agregó.

Michele dijo que recuerda el momento exacto en que conoció a Rubble, cuando cumplía 20 años. “Era parte de una camada de gatos que tenía una amiga de mi hermana y yo acababa de salir de casa. Me sentía sola viviendo sola, así que lo traje como un gatito. Fue en mayo de 1988. Siempre lo he tratado como a un niño, no tengo hijos y tuve otro gato llamado Meg, que murió a los 25 años. Si te importa algo, no importa lo que sea, va a durar”, concluyó.

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