De entre todos los animales domésticos, probablemente el gato es el que tiene un carácter más independiente, libre, indomable, e incluso, a veces, imprevisible.
Sin embargo, a pesar de su apariencia fuerte y autónoma, los gatos -como cualquier otra mascota- experimentan dolor, miedo, tensión o nerviosismo; sentimientos que a veces son difíciles de identificar, e impiden comprender el grado de sufrimiento del felino, una labor complicada incluso para los más expertos: los veterinarios.
Con el fin de poder diagnosticar la agonía de estos animales, un equipo de científicos de la Universidad de Montreal, en Canadá, elaboró una escala que ayuda a medir el dolor que padecen, según la expresión de su cara.
“Con frecuencia, el dolor de los gatos se pasa por alto y se les recetan menos analgésicos en comparación con los perros. Esto se debe a los desafíos a la hora de reconocer y evaluar el dolor del felino, la falta de capacitación específica en el tema, y la disponibilidad limitada de herramientas para calificar el dolor en esta especie”, explica el estudio, que fue publicado a mediados de diciembre en la revista académica Nature.
Para crear la nueva herramienta, el equipo de investigadores atendió en sus instalaciones de la universidad a un total de 35 gatos con distintos padecimientos, y comparó sus gestos faciales con los de otros 20 felinos en buen estado de salud. Según explicaron, los animales eran de distintas razas: europeo, bengalí, savannah y siamés.
“Los gatos cuando llegan al hospital se sienten muy ansiosos, tienen miedo. Tienden a ocultar su dolor, y se comportan muy diferente a los perros. [...] En estas condiciones, la evaluación del dolor se vuelve muy difícil”, explicó en declaraciones Paulo Steagall, profesor de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Montreal y líder de la investigación.
Al atender a los felinos, los científicos se fijaron en la posición de las orejas, la cabeza y los bigotes, así como en la tensión de la boca y la rigidez en la mirada, y puntuaron cada gesto de 0 a 2.
Por ejemplo, cuando los bigotes del gato estaban relajados y curvados, concluyeron que había ausencia de dolor, por lo que valoraron la expresión con un 0. Si se mostraban rectos o ligeramente curvados y centrados, el animal experimentaba algo de dolor, y calificaron este gesto con un 1. Sin embargo, cuando los bigotes estaban alejados del rostro y hacia adelante, coincidía con un sufrimiento intenso del felino, por lo que puntuaron este gesto con un dos.
Así pudieron elaborar la nueva herramienta para evaluar a los felinos, escala a a la que llamaron “Feline Grimace Scale”. Según explicaron los autores del estudio, la suma de las distintas categorías y puntuaciones puede dar como resultado una puntuación de entre 0 (ningún dolor) y 10 (máximo dolor). A partir de 4, el veterinario ya debería suministrar analgésicos.
Aunque ya existían otras dos herramientas similares, (la escala compuesta multidimensional UNES-Botucatu, y la medida compuesta de Glasgow), los científicos de Canadá explican que en este momento, la suya es la más actualizada, y que las anteriores están desfasadas y no se utilizan en las consultas veterinarias.
Al tratarse de un método fácil y muy práctico, Seatgall y su equipo esperan que sus conclusiones no sólo sean útiles en el ámbito académico y profesional, sino que sirvan también a los dueños de los felinos para saber cuándo su mascota siente dolor.
Según la posición de las orejas
De acuerdo a la escala “Feline Grimace Scale”, cuando las orejas del gato se encuentran rectas y más juntas, como en la fotografía de la izquierda, no hay dolor (0 puntos).
En cambio, si estas se muestran como en la imagen central, es decir, ligeramente separadas e inclinadas, es que el animal sufre algo de dolor (1 punto).
Por último, si las orejas están rotadas hacia fuera, como en la foto derecha, es que existe un dolor intenso (2 puntos).
Según la posición de los bigotes
Otra de las categorías de la investigación valora la posición de los bigotes.
Cuando el felino tiene los bigotes relajados y curvados, tal y como se aprecia en la imagen de la izquierda, significa que no padece dolor (0 puntos).
Si están en el centro, rectos o ligeramente curvados, el gato está experimentando algo de dolor (1 punto). Sería el caso del animal retratado en la fotografía central.
El felino está padeciendo un dolor fuerte si tiene sus bigotes hacia adelante, y apartados del rostro, como en la imagen derecha (2 puntos).
Según la tensión del hocico
El nivel de presión en su hocico también puede ayudarnos a descifrar si está sufriendo.
Un hocico relajado y redondeado como el de la fotografía de la izquierda, indica que no sufre ningún dolor (0 puntos).
Si se aprecia una ligera tensión en la zona -como el gato de la imagen central-, significa que sufre algo de dolor (1 punto).
Cuando el hocico presenta forma elíptica y está tenso, el dolor es patente (2 puntos).
Según la tensión en los ojos
Otro indicador para identificar si el felino sufre, es la tensión en los ojos: cuanto más abiertos, menos dolor. Y por el contrario, cuanto más cerrados, mayor dolor.
Así se observa en la fotografía de la izquierda, donde el animal aparece con los ojos bien abiertos (0 puntos).
En cambio, en la imagen central (1 punto), y en la de la derecha (2 puntos), los gatos de la muestra tienen los ojos más entornados, de lo que se deduce que están sufriendo.
Según la posición de la cabeza
La postura del gato también puede darnos pistas sobre su estado de salud.
Si mantiene su cabeza por encima de la altura del lomo, significa que no hay dolor (0 puntos).
Sin embargo, si está más agachada, y alineada con el lomo, el animal sí experimenta dolor (1 punto).
Por último, si tiene el hocico pegado al pecho, hay dolor patente (2 puntos):
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