Un reciente artículo publicado por el periódico The New York Times analiza un polémico sistema mediante el cual se espera que ciertos trabajadores de la industria tecnológica china trabajen de 9 de la mañana a 9 de la noche, 6 días a la semana.
La noticia se compartió luego de que una misión comercial de ejecutivos de Silicon Valley viajara a territorio chino con la intención de entender mejor como es que muchos empleados del rubro, entre los que se encuentran ejecutivos de alto nivel, trabajan semanas laborables de 72 horas de extensión.
El gigante asiático es conocido por las duras condiciones de trabajo a las que son sometidos millones de empleados que impulsan su imparable engranaje económico. Pero este nuevo reporte habla de una preocupante tendencia que podría desembarcar en otras latitudes.
El concepto "996" aplicado por muchas de las start-ups orientales, es parte de una nueva cultura que apunta a convertir al país asiático en el referente tecnológico indiscutido en lo que hace a innovación a nivel mundial, a pesar de que expertos en recursos humanos han cuestionado el costo sobre la salud de los empleados en el afán de alcanzar dicho objetivo.
Los empresarios norteamericanos descubrieron que sus pares chinos "están dispuestos a hacer lo que sea para ganar" sin importar si ello significa enormes sacrificios y calendarios laborales que representan un castigo. A su vez destacaron que estos son menos conscientes del impacto social y el potencial uso inapropiado de la tecnología sobre la población.
Un grupo de doce ejecutivos referentes de la ciudad que se ha convertido en la cuna tecnológica de los EEUU viajó el pasado mes de agosto a las ciudades de Beijing y Shenzhen con el objetivo de entender mejor como fue que China se convirtió en un rival de temer para el país del norte en solo dos décadas.
El artículo destaca que una suma de factores como la vasta población y normas de privacidad laxas, han permitido que las firmas chinas tengan acceso a mucha más data, lo que les ha dado la oportunidad de hoy estar a la delantera en lo que respecta a tecnologías de gran crecimiento como la de la inteligencia artificial.
Más allá de las extenuantes condiciones laborales, los expertos señalan que las firmas tecnológicas chinas todavía se manejan bajo una estructura piramidal, enfocadas principalmente en los resultados.
Esto los sigue poniendo en desventaja frente a los empleados de Silicon Valley, dado que quienes busquen destacarse al proponer nuevas ideas, tendrán menos chances de llegar a convertirlas en una realidad.
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