El condado de Bama al sur de la provincia china de Guangxi solía ser una de las regiones más pobres de todo el país. Hoy, gracias a sus centenarios residentes, se ha convertido en una atracción turística que atrae a personas de todo el mundo que buscan llevarse a casa los secretos que los locales tienen para develar sobre cómo llevar una larga y saludable vida.
Rebautizado hace una década como "el pueblo de la longevidad" debido a su alta concentración de residentes ancianos, Bapan cuenta con una población de 550 habitantes de los cuales uno de cada cien supera el siglo de vida, una proporción mucho más elevada que la de países como EEUU donde solo 1 entre 5.870 supera esa marca.
Pero más allá de lo llamativo del número en si mismo, lo que destaca al pueblo chino es la salud que gozan sus centenarios, quienes a su avanzada edad continúan trabajando sus jardines y granjas. La obesidad es un mal que no afecta a sus residentes, además de que prácticamente no se han registrado casos de enfermedades cardíacas, cáncer o demencia.
Son incontables los científicos y médicos además de los 20.000 visitantes que llegan por turismo de salud cada año que visitan Bapan en busca de respuestas al verdadero milagro que representan sus habitantes, quienes a diferencia de lo que suele darse en las dietas de occidente, no consumen azúcar o alimentos procesados.
El periódico financiero The Wall Street Journal tuvo acceso a un extracto de un libro de pronta publicación del Dr. John D. Day, quien tras viajar a Bapan tomó contacto con los miembros más destacados del pueblo, los cuales compartieron sus consejos para llevar adelante una vida longeva pero sobre todo saludable, tanto a nivel físico como mental.
Un aspecto en el que todos los centenarios coincidieron es en la importancia de sonreír. Mayan de 107 años de edad asegura que uno siempre debe mantener una actitud positiva, sobre todo en los momentos más difíciles. "Esos son los momentos en los que uno más debe hacerlo" aseguró la anciana. Algo tan sencillo como esbozar una sonrisa cada vez que uno se enfrena a un espejo podría tener un gran impacto sobre la salud y el estado de ánimo de las personas mayores.
En segundo lugar los residentes de Bapan recomiendan estar atentos a todo episodio que genere ansiedad y estrés para poder identificarlo a tiempo y no dejar que evolucione en una enfermedad. Un bajo nivel de estrés reina en el centenario pueblo, donde la mayoría de sus habitantes trabajan la tierra para abastecerse de sus alimentos. Sus habitantes aseguran que a pesar de llevar a diario una rutina exigente y de alta demanda física, la misma los hace sentirse satisfechos por haber cumplido un objetivo durante el día.
Otro aspecto fundamental resulta el hecho de no olvidar jugar durante el día, a pesar de las incontables obligaciones que se puedan tener. Independientemente de la actividad física que se pueda realizar, los ancianos de Bapan incorporan una rutina lúdica a su día a día. Algunos deciden cantar mientras trabajan la tierra mientras que otros cuentan los pasos que recorren camino a su próximo destino.
Por último pero no menos importante, debe existir un cambio de mentalidad en lo que respecta a envejecer. Mientras que en Occidente mujeres y hombres luchan contra el reloj, en Asia existe otra concepción de la edad y son los mismos ancianos los más venerados por la sociedad.
Un estudio de la publicación de Personalidad y Psicología Social hecho sobre 660 personas de la tercera edad en los EEUU reveló que aquellos, independientemente de su nivel socio económico, que recibían de manera positiva el envejecimiento y se mostraban confiados de que la vida continuaría mejorando con el correr de los años, vivían en promedio casi una década más que aquellos más pesimistas sobre el futuro.
Todos los centenarios consultados en Bapan aseguran estar viviendo el mejor momento de sus vidas, por lo que el cambio de mentalidad basado en el precepto de que "lo que se viene será todavía mejor que lo que ya pasó" podría llegar a ser el aprendizaje máximo a ser incorporado de ahora en más.
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