Uno de los venenos de araña más mortíferos puede ser clave para proteger el cerebro

Una picadura de esta especie puede acabar con una vida humana en sólo 15 minutos, pero tiene una sustancia con una capacidad asombrosa para evitar daños permanentes durante un infarto cerebral

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Una proteína extraída del veneno de una araña muy peligrosa para el humano podría proteger el cerebro tras sufrir un infarto cerebral o ictus, según descubrieron investigadores australianos.

"Creemos que hemos encontrado por primera vez una manera de minimizar los efectos devastadores" de un ictus, dijo el profesor Glenn King, del Instituto de Biociencia Molecular en la Universidad de Queensland, en Australia. El infarto cerebral provoca, cada año, la muerte de seis millones de personas en el mundo, mientras que cinco millones de sobrevivientes sufren secuelas permanentes.

Aunque una picadura de la araña australiana de red de embudo (Hadronyche modesta) puede llegar a matar a una persona en sólo 15 minutos, una proteína del veneno contiene la clave para proteger al cerebro en caso de un accidente cerebrovascular (ACV).

El descubrimiento fue publicado el lunes en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), la revista de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos. La proteína, llamada Hi1a, bloquea el mecanismo cerebral responsable de los daños provocados por un ACV.

No es frecuente que la especie pique al hombre, pero su veneno es capaz de matar en pocos minutos
No es frecuente que la especie pique al hombre, pero su veneno es capaz de matar en pocos minutos

"Los estudios preclínicos demuestran que una simple dosis de esta proteína, administrada ocho horas antes de un ataque cerebral, protege los tejidos cerebrales y mejora enormemente la actividad neurológica", indica el investigador.

"Este descubrimiento nos ayudará a dar perspectivas más favorables a los supervivientes, limitando los daños cerebrales y las secuelas devastadoras que provocan", según King.

"Uno de los aspectos más prometedores de esta proteína es que ofrece niveles excepcionales de protección durante las ocho horas posteriores a un ictus", indica.

Esta proteína también ofrece cierto grado de protección a las regiones centrales del cerebro, las más afectadas por la falta de oxígeno consecuencia del infarto.

"Ahora estamos trabajando en reunir los fondos necesarios para financiar ensayos clínicos y poder comercializar rápidamente este tratamiento prometedor", dijo King.

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