Una excavación arqueológica realizada durante el proyecto Paisaje, Arte Rupestre y Ocupación en las Cuevas Prehistóricas del Valle de Oaxaca (PAROCVO), permitió la identificación de ocupaciones humanas que están asociadas a los Periodos Precerámico y el Posclásico, de 7516 a.C. a 1930 d.C.
Así lo informó este viernes el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). De igual forma se recuperaron materiales de cerámica. restos botánicos, huesos de animal y artefactos líticos tallados.
El sedimento logró mantenerse intacto a los efectos del tiempo, lo que permitió dar cuenta de evidencias sobre la ocupación de la Cueva de la Paloma, que se localiza en el Valle de Oaxaca, durante el periodo Posclásico de 1276 a 1390 d.C., al igual que otras más antiguas, las cuales tuvieron una ocupación temporal por grupos de cazadores-recolectores, hace más de 9 mil años.
Carlos Viramontes Anzures, Jesús Eduardo Medina Villalobos y Claudia Jael Jiménez Mu, integrantes de la iniciativa de investigación, fueron los encargados de dar a conocer que se realizó una excavación en la Cueva de la Paloma, de 40 metros de anchos por 20 de profundidad, que en ciertas zonas alcanza una altura máxima de 6 metros, esto durante una segunda temporada de campo llevada a cabo en 2022.
En su explicación, detallaron que el piso de la cámara de la cueva, se encontraba en buen estado de conservación, el cual tenía fragmentos de recipientes cerámicos e instrumentos de molienda, además de un fogón. La exploración comenzó con dos pozos de sondeo en la parte central del lugar, pero debido a los hallazgos, se amplió a los 54 metros cuadrados.
La estratigrafía ayudó a detectar cuatro capas contemporáneas de ocupación y cuatro más antiguas, además de que la espectrometría de masa con aceleradores, llevadas a cabo por Corina Solís y María Rodríguez-Ceja, investigadoras del Instituto de Física de la Universidad Autónoma de México, dieron como resultado un rango que se encuentra entre los años 1276 a 1390 d.C., para las capas que pertenecen al Posclásico Tardío, mientras que los estratos precerámicos datan de 7516 a 2455 a.C.
Carlos Viramontes, Jesús Medina y Claudia Jiménez detallaron que el registro exhaustivo que se realizó sobre los estratos más antiguos les permiten afirmar que la Cueva de la Paloma tuvo ocupaciones de carácter estacional, que son asociadas con grupos de cazadores-recolectores. El sitio fue ocupado por grupos zapotecos más de tres mil 500 años después, para depositar ofrendas siendo prueba de ello un par de vasijas miniatura y un cántaro cubierto por un cajete, en modo de urna, que hallaron.
“No se localizaron puntas de proyectil o bifaciales, pero sí hallamos herramientas elaboradas en hueso, así como restos de ave y tortuga con huellas de exposición al fuego; también fogones con restos carbonizados de plantas”, agregaron los investigadores. Dichos hallazgos indican que el trabajo dentro de la cueva se enfocó a contar con herramientas básicas, entre los que se encuentran núcleos, lascas, raederas y raspadores.
El análisis realizado por la investigadora de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, Gabriela Domínguez Vázquez, de los escasos restos macro botánicos recuperados, les han permitido identificar el polen de 40 especies, entre los que se encuentra yuca, guayaba, quelite, epazote y chile. Siendo varias flores silvestres el fundamento de la dieta de estos grupos, aun cuando ya contaban con el conocimiento de algunas especies domesticadas.
Los integrantes de PAROCVO, refieren que pese a ser uno de los sitios en el Valle de Tlacolula, una área declarada como Patrimonio de la Mundial por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y las Culturas (UNESCO), no había sido explorado de forma exhaustiva para comprobar sí tuvo ocupación humana en el periodo Precerámico (11000-2000 a.C). La información ha situado a la comunidad de Unión Zapata como uno de los lugares más importantes en la regios para el estudio, la conservación y la difusión de los sitios más antiguos en el Valle de Oaxaca.
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