Para el consejero presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova Vianello la reforma electoral, o plan B, que propone el gobierno federal a un año de las elecciones presidenciales, no es pertinente ni necesaria, además de los vicios constitucionales que contiene.
Córdova Vianello señaló que el actual sistema electoral “cumple perfectamente con su función esencial: permitir que la renovación de los poderes públicos ocurra de manera periódica y pacífica, conforme a las reglas pactadas y a partir del respeto irrestricto de la voluntad ciudadana”.
Sobre la pertinencia de llevar a cabo una reforma electoral en estos momentos, como lo impulsa Morena en el Congreso, el consejero del INE alertó que sin duda éste no es el mejor momento para procesar una reforma refundacional pues estamos en la antesala de la elección de 2024, la cual podría ser la más grande y compleja en los últimos tiempos, pues casi 100 millones de mexicanos estarán llamados a las urnas.
Sobre la manifestación pública y abierta de algunos aspirantes a suceder al presidente Andrés Manuel López Obrador, el consejero señaló esto como una prueba de la necesidad de mantener reglas claras, pues en los hechos el proceso ya está en curso, aún sin la convocatoria oficial.
“Aunque el proselitismo anticipado está prohibido, hay aspirantes que abiertamente se promueven ilegalmente de manera adelantada u otros que, al menos, ya están haciendo públicos sus anhelos de ser candidatos. No es una buena cosa cambiar las reglas del juego electoral cuando éste —aunque sea de manera informal o incluso ilegal—, para todos los efectos ya empezó. Las reglas deberían ser neutras y no sesgadas por alguna intencionalidad o favoritismo político, por eso no es bueno modificarlas cuando el juego que buscan regular ya está en curso”, expresó Córdova Vianello.
El consejero presidente, que en abril próximo dejará el cargo al concluir su periodo, comentó que 45 años de evolución democrática en México permitieron crear instituciones como el INE, el cual ha organizado numerosas elecciones de manera exitosa, ayudando a mantener la estabilidad y gobernabilidad del país.
Resaltó que en la última década “ninguno ha ocurrido un conflicto postelectoral, en lo que constituye el periodo más largo de estabilidad política y gobernabilidad democrática en el ámbito de los comicios. Además, los resultados de esos procesos arrojan un índice de alternancia del 62% (llegando, en el caso de las gubernaturas, al 70%), lo que significa que en estos años, la posibilidad de que un partido que ganó una elección triunfe en los comicios siguientes es de apenas una entre tres. Y todas las fuerzas políticas sin excepción (unas más, unas menos), se han beneficiado de esa alternancia”.
Por estas razones consideró que el cambio en las reglas, incluso en tiempos como los actuales podrían resultar pertinentes solo si se cumplen tres condiciones básicas. La primera de ellas es un consenso entre todos los jugadores para hacer esas modificaciones.
Además, los cambios deben servir para mejorar efectivamente el sistema electoral que se tiene y no para tener retrocesos, y por último que los cambios se hagan con base en información cierta y a partir de diagnósticos precisos y objetivos, no con base en filias o fobias.
A consideración de Lorenzo Córdova, ninguna de esas tres condiciones se cumple en la propuesta de reforma electoral que está por concretar el Congreso “y eso es una muy mala y peligrosa noticia”.
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