En el año 2005, Olga Breeskin arregló todo para que su gran amigo Juan Gabriel compartiera con ella el escenario en un concierto pactado para presentarse en Las Vegas, pero llegado el momento, el fallecido “Divo de Juárez” no se presentó, dejando a la famosa ex vedette sola y con un compromiso sin cumplir.
Esta situación generó que la artista se quedara sin ingresos, pues el empresario que había montado el espectáculo decidió rescindir el contrato de una serie de conciertos ante la falta de compromiso del cantante de Abrázame muy fuerte.
Tras ello, Olga cayó en depresión y “se abandonó” al alcohol, conducta que la hizo subir varios kilos. Al respecto, ahora la famosa recordó aquel momento.
“Cuando vino el sonado caso del ‘Juangabrielazo’ en Las Vegas me abandoné y comencé a tomar alcohol. Todavía no conocia a Jesús, Yuri me acercó a él y sentí que Juan Gabriel me había acabado la vida de vedette, pero ahora entiendo que Dios no quería que mi vida se acabara a los 50 años, la edad que tenía en ese momento”, comenzó a relatar la estrella para la revista TVyNovelas.
Por aquella época y al verse en apuros económicos y laborales, la ex bailarina exótica se refugió en la fe cristiana, pero seguía inconforme con su figura, dado que subió 25 kilos debido a que había abusado antes de los excesos en el alcohol.
“No sabía cómo quitarme el maldito alcohol que hace que la gente engorde; el público me aceptaba como estaba, pero yo no. Comencé a predicar la palabra y a tocar el violín con unos cachetotes, pero no sabía qué hacer. Ninguna mujer debe tener kilos de más y yo tenía 25 encima de mi peso”.
Sin embargo esta situación la consolidó en su fe, por lo que en retrospectiva agradece al fallecido compositor el haber faltado a su compromiso en Las Vegas, pues de haber seguido en el medio como vedette ahora no estaría con vida.
“Antes no podía bailar porque me sentía muy pesada. Hoy puedo decir que, gracias al Divo de Juárez, se me acabó la vida de vedette, porque a las de 50 años y más nadie las quiere. Ya hubiera sido una vieja muerta”, agregó.
Respecto a su figura, Breeskin recurrió a un remedio de extracto natural, gracias al cual, casi sin darse cuenta, pudo ir recuperando su figura, tal es así que en medio de la crisis sanitaria de 2020 volvió a encontrarse en su talla.
“Yo no sabía cómo quitarme las lonjas, cómo colocarme mis vestidos; necesitaba bajar muchos kilos y logré el milagro en 2018: un día, una pastora me regaló unas semillas de raíz de tecojote, que se venden de persona en persona. Las recibí con cariño y me las tomé con indiferencia, porque estaba incrédula, hasta que me di cuenta en la pandemia que los vestidos ya me nadaban y mi piel no quedó flácida: la piel también se te pega con esta pastilla”, recordó la famosa que hoy está de vuelta con su famoso violín.
“Aclaro que no regreso a la farándula, tampoco a las telenovelas; soy mala actriz y también dejé de bailar. Lo único que sé hacer bien es tocar el violín, y en honor a mi padre, don Elías Breeskin, debo seguir con su legado”, explicó.
“Grabaré la buena música que sé hacer con el violín con un concepto moderno. Me sentía insegura de mi cuerpo y de mí misma, pero Cristo cambió mi corazón y yo cambié mi figura para echar ‘el violinazo’”, destacó la emblemática ex vedette mexicana, quien hoy cuenta con 71 años y el cariño del público que la recuerda desde su debut en los años 70.
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