El 17 de octubre de 2019, la furia del Cártel de Sinaloa sembró terror en la ciudad de Culiacán, luego de que al menos una treintena de elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) participaron en un operativo que dio como resultado la detención de Ovidio Guzmán López, alias El Ratón.
No obstante, lo que en un inicio se percibió como un triunfo para la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador terminó por convertirse en uno de sus más grandes fracasos los hechos violentos desatados por miembros de la organización criminal fundada por Joaquín “El Chapo” Guzmán obligaron al Gabinete de Seguridad de la autodenominada Cuarta Transformación a dejar en libertad al hijo del capo.
Aquella decisión le valió al Gobierno de México y en especial al mandatario tabasqueño múltiples críticas que, a poco más de tres años de aquel Jueves Negro cambiaron radicalmente cuando el Secretario de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval, dio a conocer que Ovidio Guzmán López fue reaprehendido en la capital sinaloense durante las primeras horas del jueves 05 de enero.
Los detalles de los operativos
Pese a que el llamado Culiacanazo dejó un amargo sabor de boca tanto para la ciudadanía como para el propio Gobierno de México, la imagen de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) se limpió luego del exitoso operativo que llevaron a cabo en coordinación con la Guardia Nacional y autoridades estatales que culminó con la captura de Ovidio Guzmán López.
Fue la comparación entre ambas acciones militares lo que evidenció algunos detalles clave para que en esta ocasión El Ratón no pudiera evadir su detención y traslado, pese a que nuevamente las lluvias de balas, narcobloqueos, saqueos y demás hechos violentos se hicieron presentes en la capital de Sinaloa.
El 30 de octubre de 2019 la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) reconoció que la detención de Ovidio Guzmán López se llevó a cabo con una estrategia mal planeada, precipitada y con falta de previsión sobre las consecuencias al subestimar el poder y armamento que posee o poseía anteriormente el Cártel de Sinaloa.
No obstante, el Secretario de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval, detalló que en esta ocasión el operativo fue resultado de seis meses de trabajos de inteligencia en los que mantuvieron coordinación con otras dependencias de seguridad como la Guardia Nacional.
La responsabilidad del fallido operativo de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) en 2019 fue adjudicada al coronel Juan José Verde Montes, quien actuó sin consultar a sus superiores como líder del Grupo de Análisis de Información del Narcotráfico.
Uno de los detalles que más llamó la atención sobre la detención del hijo del fundador del Cártel de Sinaloa fue el horario en el que se llevó a cabo el operativo de las Fuerzas Armadas, ya que durante la madrugada del jueves 05 de enero, existió la oportunidad de que autoridades estatales como el gobernador, Rubén Rocha Moya, advirtieran a la ciudadanía sobre los hechos violentos que se desatarían, instándolos a permanecer en sus hogares resguardados y, de este modo, evitar la baja de civiles.
En 2019, el operativo fallido del Ejército Mexicano se llevó a cabo alrededor de las 14:00 horas, horario en el que habitantes de la ciudad de Culiacán se encontraban en sus centros de trabajo, los niños y niñas habían salido de la escuela y la afluencia de gente era mayor en las calles.
De acuerdo con información del consultor en estrategia militar, Alexei Chévez, uno de los principales errores que cometió la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) en su operativo para detener a “El Ratón” en 2019 fue que su traslado había siso planificado por vía terrestre en Culiacán, ciudad que es bastión del Cártel de Sinaloa.
Dicho error habría sido redimido el pasado jueves luego de que al identificar y detener a Ovidio Guzmán López, elementos del Ejército Mexicano lo trasladaron de forma inmediata y aérea a la Ciudad de México, en donde permaneció un par de horas en la Fiscalía Especializada en Materia de Delincuencia Organizada (FEMDO).
El cambio de medio de traslado del hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán propició a que miembros del Cártel del Pacífico desataran balaceras y asedios en el Aeropuerto Internacional de Culiacán con el afán de liberar a su líder, no obstante, para cuando dichos hechos violentos se registraron la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) ya había proclamado su triunfo con el arribo de Ovidio Guzmán López a la capital mexicana.
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