Cómo conecta el penal del Altiplano a Ovidio Guzmán y al “Chapo”

Ovidio Guzmán López fue capturado derivado de un operativo federal en Culiacán, Sinaloa. Su detención se llevó a cabo durante la madrugada de este jueves 5 de enero y posteriormente fue trasladado a la Ciudad de México.

Tras ser transportado vía aérea desde la sindicatura de Jesús María hasta el hangar de la Fiscalía General de la República (FGR) en la terminal 2 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), lo enviaron a instalaciones de la Fiscalía Especializada en materia de Delincuencia Organizada (FEMDO) y luego al penal del Altiplano.

No obstante, quien ya estuvo en dicho centro penitenciario fue se padre, Joaquín El Chapo Guzmán Loera, narcotraficante que actualmente se encuentra recluido en el penal de máxima seguridad ADX Supermax en Florence, Colorado, Estados Unidos.

En 2014 que el fundador del Cártel de Sinaloa fue recapturado tras años en libertad. Fue ingresado al Centro Federal de Readaptación Social número 1 “El Altiplano”, ubicado en Almoloya de Juárez, Estado de México.

Sin embargo, tras varios meses encerrado en aislamiento en una celda de máxima seguridad, quien un día fue el hombre más buscado por el Gobierno de Estados Unidos, protagonizó uno de los escapes más famosos de la historia reciente.

Pese a que se captura fue presentada por el gobierno de Enrique Peña Nieto como un gran logro, su fuga eclipsó el trabajo de su detención. Fue un 11 de julio de 2015 que el capo originario de La Tuna, Sinaloa, escapó a través de un túnel que se cavó debajo del penal.

A 1.5 kilómetros de distancia del Altiplano, en la localidad de Santa Juanita, se puso en marcha un plan milimétrico para lograr sacar de prisión al padre de “Los Chapitos”. Dentro de una casa, a diez metros de profundidad, se encontraba la excavación que daba hasta la celda de Guzmán Loera.

El túnel se perforó en un tiempo récord de seis meses. Los trabajos no generaron sospechas debido a que al mismo tiempo se instalaba drenaje en la zona. Dicha obra —se estima— tuvo un costo de medio millón de dólares, mientras que a su interior contaba con ventilación, energía eléctrica, vigas de madera y rieles.

La obra desembocaba en el cuarto donde El Chapo se encontraba recluido. Salió por un orificio de 50 por 50 centímetros, bajó al túnel y escapó a bordo de una motocicleta marca Italika. A pesar del ruido de la perforación, y aunque la celda contaba con vigilancia las 24 horas del día, los guardias tardaron 26 minutos en descubrir la fuga.

El Chapo se convirtió en la primer persona en escapar dos veces de un penal de Máxima seguridad. La primera de ellas fue el 19 de enero de 2001, cuando el capo se fugó del penal de Puente Grande, Jalisco, en un carrito de lavandería.

Volvió a ser capturado en enero de 2016, aún durante el gobierno de Peña Nieto. Posteriormente fue extraditado a Estados Unidos, donde está recluido desde entonces.

Por su parte, los hechos ocurridos este 5 de enero se tratan de la segunda captura de Ovidio Guzmán. La primera de ellas fue el 17 de octubre de 2019, cuando el cuarto hijo de Guzmán Loera fue interceptado por un operativo federal, para posteriormente ser liberado por órdenes del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO). La razón: evitar la violencia que generaría. Dichos hechos fueron nombrados como “El Culiacanazo”.

Ovidio fue ingresado en 2012 a la lista negra del Departamento del Tesoro, mientras que desde 2008 es identificado como uno de los principales generadores de violencia en México, y el responsable del ingreso de drogas a territorio estadounidense.

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