Ovidio Guzmán López, hijo del narcotraficante Joaquín El Chapo Guzmán Loera, fue capturado como parte de un operativo federal durante la madrugada de este 5 de enero en la sindicatura de Jesús María, en Culiacán, Sinaloa.
No obstante, la aprehensión de El Ratón generó más de una veintena de bloqueos en el municipio, así como ataques al aeropuerto local y a una base militar. Asimismo, las actividades laborales, académicas y deportivas fueron canceladas, a causa de la violencia generada.
Cerca de las 4:00 horas un helicóptero de artillería de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) abrió fuego en contra de un conjunto de viviendas donde presuntamente se encontraba Ovidio. Luego de eso, se registraron múltiples disparos y quema de vehículos en la región.
Fue durante la madrugada que, gracias al reconocimiento terrestre por parte de la Guardia Nacional, se identificó a un grupo de personas armadas a bordo de varios vehículos con blindaje artesanal. Se trataba de camionetas tipo pick up. Tras el avistamiento, las autoridades se coordinaron para montar un operativo.
Minutos después, se estableció un cerco perimetral alrededor de los vehículos identificados, con la finalidad de revisarlos y detenerlos. Guardias nacionales se acercaron a los sospechosos y los invitaron a descender de las unidades. Todo esto, mientras la zona era sobrevolada por aeronaves de la Fuerza Aérea.
Sin embargo, la respuesta fue armada, por lo que, de acuerdo con lo informado, los elementos actuaron en defensa y controlaron la agresión directa en su contra. Uno de los individuos que se encontraba en dicho grupo era Ovidio Guzmán.
El líder de “Los Menores” fue detenido en punto de las 6:20 horas, en posesión de armamento que solo puede ser utilizado por las Fuerzas Armadas mexicanas. No obstante —en respuesta a la captura— el Cártel de Sinaloa montó cerca de 20 bloqueos, así como agresiones armadas en distintos puntos de Culiacán; la ciudad amaneció en llamas.
Cerca de de las 9:00 horas, autoridades del municipio anunciaron la suspensión de las actividades laborales e invitaron a la población a no salir de casa. Una hora después, se difundió la presunta detonación de armas de fuego y conatos de violencia en el penal de Culiacán. Empero, la Secretaría de Seguridad Pública del estado desmintió.
“No se han registrado evasiones ni desmanes en su interior, solo quema de basura”, comunicó la dependencia.
Por su parte, cerca de las 10:00 horas se reportó un ataque al Aeropuerto Internacional de Culiacán, así como la Base Aérea Militar número 10. Una aeronave comercial de Aeroméxico quedó en medio de un fuego cruzado.
A causa de ello, todos los vuelos en la entidad fueron cancelados. También se suspendieron los transportes terrestres, mientras que todos los accesos a Culiacán fueron bloqueados por el Cártel del Golfo.
No obstante, Ovidio no fue sacado de la ciudad por carreteras o por el aeropuerto local. Fue trasladado desde el punto de su detención hasta la Ciudad de México abordo de aeronaves de la Fuerza Aérea Mexicana (FAM).
Llegó al hangar de la Fiscalía General de la República (FGR) en la terminal 2 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), y posteriormente fue enviado a instalaciones de la Fiscalía Especializada en materia de Delincuencia Organizada (FEMDO).
Cerca de las 17:00 horas, Ovidio fue trasladado de la FEMDO a un centro penitenciario, posiblemente al Centro Federal de Readaptación Social n° 1, en Almoloya de Juárez, Estado de México.
En dicho operativo participaron elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional, Guardia Nacional (GN), Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), la Fiscalía General de la República (FGR) y la Secretaría de Seguridad Pública de Sinaloa.
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