Este jueves 5 de enero amaneció con la noticia de que, gracias a un fuerte operativo realizado por fuerzas federales, Ovidio Guzmán López, hijo de Joaquín El Chapo Guzmán y líder de una facción del Cártel de Sinaloa, fue detenido en la entidad gobernada por Rubén Rocha Moya.
La coincidencia casi sincrónica de este arresto saltó a la vista de miles de usuarios de redes sociales, quienes apuntaron la cercanía de la visita de Joe Biden, presidente de Estados Unidos (EEUU), quien arribará a México el lunes 9 de enero para promover la agenda bilateral entre ambos gobiernos.
En este sentido, tanto el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), como Marcelo Ebrard, titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), anunciaron de manera reiterada la visita como un logro diplomático tras meses de diálogo con secretarios de Estado de EEUU, por lo que la visita del mandatario estadounidense marcaría un hito en la relación Estados Unidos-México.
No obstante, la relativa inmediatez entre la detención de El Ratón Guzmán con la llegada de Biden recordó la teoría que se desarrolló en 2020, cuando el presidente López Obrador visitó EEUU para tratar con el presidente de ese momento, Donald Trump, pues en otra coincidencia de visitas entre mandatarios, fuerzas estatales de Florida consiguieron la captura de César Duarte, ex gobernador de Chihuahua con más de 20 acusaciones por corrupción y una ficha roja de la Interpol.
El perfil de Duarte Jáquez fue de suma importancia para legitimar la lucha anticorrupción que ha reiterado el actual gobierno, pues la Fiscalía General del Estado (FGE) de Chihuahua acumuló 20 señalamientos contra el ex gobernador por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) por su presunta participación en delitos de peculado, enriquecimiento ilícito, corrupción, desvío de recursos públicos y desvío de recursos públicos con fines electorales.
Además, de acuerdo con la Agenda de la visita oficial de trabajo del presidente Andrés Manuel López Obrador a los Estados Unidos de América, AMLO planeó iniciar su visita oficial la mañana del 8 de julio para visitar los monumentos a Abraham Lincoln y a Benito Juárez; sin embargo, lo más destacado que ocurrió ese mismo día fue la detención de César Duarte.
El ex gobernador de Chihuahua era buscado en 190 países por la Interpol, esto gracias a la ficha roja que solicitó Javier Corral, gobernador en turno por el Partido Acción Nacional (PAN). De tal modo que las autoridades estadounidenses, tras el reconocimiento del mexicano, procedieron a detenerlo. En este sentido, se destaca que César Horacio Duarte Jáquez llevaba más de tres años prófugo de la justicia.
Ante la detención, se especuló de que era un tributo o una especie de trofeo del gobierno de Donald Trump a AMLO, esto por la disponibilidad diplomática que tuvo la administración de la llamada Cuarta Transformación (4T) en diferentes temas de la agenda bilateral.
Ahora, saltó a la vista que con la inminente llegada de Biden a México, AMLO aprehendió a uno de los más grandes líderes criminales de la región. Bajo esta lógica se destaca que el Cártel de Sinaloa es de los mayores productores de fentanilo en el continente, sustancia que ha generado una crisis de consumo en Estados Unidos.
Por lo que la lógica aplicada en 2020, en esta ocasión aplica a la inversa, donde ahora es el gobierno de México quien aprehendió a un objetivo clave para Estados Unidos; no obstante, se desconoce si existe alguna orden de extradición para que el hijo del Chapo sea procesado en Estados Unidos, igual que su padre, por lo pronto, la cancillería mexicana negó la extradición inmediata.
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