El estado de Nuevo León recibió el 2023 con un brutal enfrentamiento en el que perdieron la vida cuatro agentes de seguridad. La agresión a los policías detonó un operativo conjunto que consiguió capturar a por lo menos diez presuntos miembros del Cártel del Noreste (CDN).
La Policía Municipal, la Agencia Estatal de Investigaciones, la Fuerza Civil, Guardia Nacional y el Ejército Mexicano fueron las corporaciones que desplegaron un megaoperativo en el municipio neoleonés, de acuerdo con el secretario de Seguridad, Gerardo Palacios Pámanes.
Aunque la Fiscalía del Estado no ofreció detalles sobre los sujetos detenidos, entre ellos había personas en un rango muy amplio de edad, pues al menos tres aparentaban ser muy jóvenes y otros dos eran visiblemente mayores al resto.
Como parte de la acción conjunta de las instituciones, a los presuntos miembros del Cártel del Noreste, emanado de los antiguos Zetas, les decomisaron diez armas de fuego, así como equipo táctico que incluía cargadores, cascos, rodilleras y chalecos.
Entre las armas, según se pudo observar en fotografías sobre el operativo, se hallaban tres escopetas y siete rifles de asalto, artefactos de menor poder que los utilizados por los presuntos sicarios en la emboscada a los policías del pasado 2 de enero.
Aquel día, alrededor de las 14:00 horas, un comando armado sorprendió a los elementos de seguridad mientras recorrían el municipio. Las autoridades corroboraron que durante la agresión, los presuntos sicarios utilizaron fusiles calibre 50.
Este tipo de armamento se ha convertido en uno de los preferidos por los grupos del narcotráfico, pues dispara proyectiles hasta diez veces más grandes que modelos semiautomáticos como el AR-15 y el AK-47.
En redes sociales circularon videos captados por habitantes que evidenciaron la magnitud del operativo implementado durante la tarde del 4 de enero que logró la detención de los supuestos criminales.
Decenas de vehículos de las distintas dependencias, tripulados por oficiales armados, fueron visibles sobre las calles del municipio a plena luz del día.
Las acciones emprendidas por las instituciones ocurrieron después de que se realizara una ceremonia en honor a los agentes de la Fuerza Civil de Nuevo León que perdieron la vida durante el tiroteo del 2 de enero. Artemio Reséndiz Hernández (policía) y Jairo Hernández Sánchez (policía segundo) son los nombres de los agentes de esta dependencia que fallecieron en cumplimiento de su deber.
Su homenaje póstumo se llevó a cabo en el Campo Policial Número 1 y estuvo encabezado por el gobernador del estado, Samuel García Sepúlveda. Al evento también acudieron el Secretario General de Gobierno, Javier Navarro Velasco; el Comisario de Fuerza Civil, Gerardo Escamilla; y Gerardo Palacios. También estuvieron presentes las familias de los occisos, a quienes se les aseguró “todo el apoyo necesario”.
Cabe especificar que la emboscada en la que los uniformados fueron asesinados ocurrió en pleno Día Internacional del Policía.
Julio César Hernández Hernández (policía municipal de Salinas Victoria) y Daniel Alfonso González Gutiérrez (agente ministerial) son las identidades de los otros elementos que perdieron la vida tras el ataque. De manera adicional, resultaron heridos dos policías estatales y un efectivo de la Agencia Estatal de Investigaciones, de quienes no se han brindado actualizaciones.
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