Trinidad Páez, medio hermano de Ignacio Nacho Páez Soto, fue acribillado a sus 74 años en el municipio de Hermosillo, Sonora, durante la tarde del martes 3 de enero.
Mediante un breve comunicado, la Fiscalía General de Justicia del Estado (FGJE) informó que se trató de un ataque directo perpetrado en punto de las 14:31 horas cuando el occiso se encontraba con su esposa. Ella, según mencionó la institución, resultó lesionada y recibió atención médica.
Ignacio Páez, también conocido como Nachillo, era un operador del Cártel de Sinaloa y estaba asociado al clan de Los Páez, una familia ligada al narcotráfico durante los últimos 30 años e identificada como aliada de Rafael Caro Quintero en la disputa por la plaza contra Los Chapitos, hijos de Joaquín El Chapo Guzmán.
Hasta el momento, la Fiscalía no ha especificado si Trinidad Páez desempeñaba actividades similares a las de su medio hermano, quien fue ejecutado en diciembre de 2020 por un comando armado en Caborca.
Quién era “Nachillo” Páez Soto
Durante sus últimos años de vida, Ignacio Páez había mantenido un perfil bajo, aunque seguía figurando como uno de los principales operadores del cártel sinaloense en Sonora.
Se presume que era uno de los hombres de mayor confianza de Ismael El Mayo Zambada y llegó a ser jefe de plaza en los municipios de Caborca, Pitiquito, Altar y Sásabe, entre otros. Desde ahí dirigía las operaciones de tráfico de drogas a Estados Unidos y rendía cuentas al Chapo Guzmán. Además de coordinar el trasiego de narcóticos, también se dedicaba a la extorsión y al tráfico de personas migrantes en el corredor Caborca - Santa Ana - Nogales.
Su ascenso al interior del CDS ocurrió en 2004, cuando llegó al cargo de lugarteniente tras el asesinato de su hermano Octavio. Este último, a su vez, quedó al mando de la organización en Sonora luego de que Miguel Ángel Caro Quintero, hermano de Rafael, fuera arrestado en diciembre de 2001.
Nachillo Paéz fue detenido por primera vez el 15 de septiembre de 2009 por agentes de la desaparecida Policía Federal. Luego de su captura en un hotel fue puesto a disposición de la extinta Procuraduría General de la República, pero no fue procesado. Aunque nunca hubo una explicación oficial, se presume que pagó un soborno millonario a cambio de su libertad.
Su segundo encuentro con la justicia fue el 28 de octubre de 2013 en Pitiquito. Poco después de que el Departamento del Tesoro de Estados Unidos lo incluyera en su lista negra y bloqueara sus cuentas financieras, fue interceptado por autoridades federales cuando viajaba a bordo de una Jeep Grand Cherokee blindada.
Aquel día, a Páez Soto y a sus custodios les decomisaron un rifle AK-47, una revólver Colt .38, varios cartuchos y casi tres kilos de marihuana.
Hasta antes de su asesinato, el último reporte de prensa alusivo al exoperador del Cártel de Sinaloa fue publicado en 2016, cuando recibió una sentencia de 20 años de prisión por diversos cargos relacionados con delitos contra la salud, los cuales fueron acreditados por la justicia en enero de aquel año.
Nacho Páez estaba preso en el Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) Número 12, localizado en Ocampo, Guanajuato. Se esperaba que cumpliera ahí su condena, pero se desconoce en qué momento quedó en libertad y volvió a las calles de Sonora, donde finalmente fue acribillado.
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