En víspera de que los Reyes Magos lleguen a millones de hogares mexicanos a visitar y dejar regalos para que todos los niños y niñas que se portaron bien a lo largo del año, la cancelación de una tradición se ha vuelto a avivar entre las y los habitantes de la Ciudad de México.
Y es que, a lo largo de varios años padres de familia se dieron a la tarea de conseguir un globo de helio a través del cual las y los infantes enviaban sus cartas a los Reyes Magos, mismo que se perdían en la inmensidad del cielo con los deseos más puros de los más pequeños de los hogares.
No obstante, las características materiales de dichos artefactos llevaron a las autoridades capitalinas a tomar medidas para regular su uso, al grado de que durante los primeros días de enero ya resulta casi imposible encontrar a aquellos tradicionales globeros que año con año encontraban una fuente de ingresos gracias a la tradición.
¿Por qué están prohibidos los globos de helio en Día de Reyes en la CDMX?
Aunque anteriormente era común ver en las calles de la capital mexicana a comerciantes que vendían o incluso regalaban globos para que niños y niñas enviaran su carta a los Reyes Magos, el 1 de enero de 2021 en la Ciudad de México entró en vigor la Ley de Residuos Sólidos, la cual estipula que quedan prohibidos los plásticos de un solo uso, es decir, los platos, desechables, popotes, charolas, varillas, globos, entre otros.
Según lo expuesto en el artículo 25 de la mencionada norma, también quedan prohibida por cualquier motivo la comercialización, distribución y entrega de cápsulas de café, cuchillos, tenedores, cucharas, vasos, tapas, agitadores, popotes, platos, bastoncillos para hisopos de algodón, aplicadores de tampones, varillas para globos y microplásticos añadidos.
Dicha regulación fue interpuesta luego de que el Gobierno de México calificara la tradición como antiecológica, ya que lo que podría considerarse como una acción divertida, puede generar graves daños a la fauna.
El impacto ecológico de globos para la fauna
Un artículo de la revista Nature, recuperado por el Gobierno de México a través de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), indica que las aves marinas tienen 32 veces más probabilidades de morir por ingerir un globo que por otros tipos de plásticos duros como piezas de lego o popotes. Del mismo modo, dicho artículo explica que aunque los globos representan solo el 2% de todos los plásticos ingeridos por las aves marinas, son responsables del 42% de las muertes relacionadas con el plástico.
“Los globos dañan enormemente al medio ambiente y a la biodiversidad porque están hechos de poliuretano, polímeros sintéticos, como el teraftalato de polietileno (PET), de microfoil o poliamida, o de látex. Pero no sólo por eso, sino también porque contienen químicos”, expuso el Gobierno de México en un boletín publicado en 2021.
Si bien los globos pueden ser inflados con aire, los que contienen helio resultan aún más peligrosos ya que se pueden desplazar hasta 3 mil kilómetros en un día, por lo que alcanzan a cruzar océanos o continentes, se elevan sobre las montañas y quedan atrapados en los altos follajes de los árboles de selvas o bosques.
“Un globo de poliuretano tarda 450 años en degradarse y uno de látex de tres a cinco meses, o años si caen en el agua, pero al contener químicos dañan con ellos suelos o agua, y un globo metálico estará más tiempo inflado y tardará en consecuencia más tiempo en degradarse”, puntualizó la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
De este modo, algunas de las alternativas para que los niños y niñas de la capital mexicana continúen haciéndole llegar sus cartas a los Reyes Magos son dejándolas en su zapato en la puerta de sus hogares, en su propio árbol de navidad o incluso, de una forma más divertida, a través de los perritos que permanecen en el Centro de Transferencia Canina del Metro de la Ciudad de México.
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