Atrás quedaron los tiempos en los que los grandes barones de la droga eran vistos como los héroes de los pobres.
Figuras como Joaquín “El Chapo” Guzmán o Pablo Escobar, “El Patrón”, narcos que se hicieron famosos por intentar vender la figura de Robin Hood en sus respectivos pueblos de origen, ya son cada vez más parte del pasado.
Si los pobladores más pobres de la sierra de Sinaloa necesitaban ayuda, la gente de “El Chapo” se hacía presente para solucionar el problema. Posiblemente se trataba más de una estrategia que de un acto genuino de generosidad, pues de esa manera el Cártel de Sinaloa se aseguraba el respaldo y la lealtad de las clases populares.
Sin embargo, ese método para asegurar la lealtad de la gente en determinados territorios ya no ha sido impulsado con la misma vigorosidad por el grupo encabezado por Iván Archivaldo, Jesús Alfredo Guzmán, Ovidio y Joaquín Guzmán López, mejor conocidos como “Los Chapitos”.
En su lugar, los hijos del Chapo Guzmán han apostado más por un modelo de negocio supercapitalista, basado principalmente en la diversificación, la producción y la mano de obra, destacó un reportaje del sitio especializado en temas de seguridad Insight Crime.
Los Chapitos toman el control
El año que está a punto de terminar fue una clara demostración de la habilidad que tienen “Los Chapitos " para trabajar con autonomía y al mismo tiempo hacerse con el control de la mayor parte del tráfico de fentanilo y metanfetamina en el centro y el norte de México.
No solo tomaron el control de la venta de droga en la capital sinaloense, Culiacán, también lo hicieron en otros lugares estratégicos de Sonora y Chihuahua.
La apuesta fuerte de los hijos de el chapo ha sido la producción de drogas sintéticas. La principal actividad del grupo criminal conformado por los cuatro hermanos es el tráfico internacional de drogas.
“Los Chapitos” se han sabido adaptar a los cambios del mercado internacional de enervantes. Su éxito se contrapone al aumento en las muertes en Estados Unidos por sobredosis de drogas opiáceas duras como el fentanilo.
Dicho énfasis se refleja en los últimos decomisos de narcolaboratorios de drogas sintéticas en todo México. Entre mayo y junio de 2022, autoridades mexicanas decomisaron 72 laboratorios clandestinos en los que básicamente se producía metanfetamina (cristal), de acuerdo con el titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), Luis Crescencio Sandoval.
Marihuana, minería, totoaba y migrantes
De acuerdo con el secretario de defensa, 65 de esos laboratorios fueron ubicados en Sinaloa, específicamente en los municipios de Cosalá, Culiacán, Elota y Badiraguato.
Sin embargo, aunque las drogas sintéticas han sido su fuerte, el mercado de la marihuana, pese a ya no tener el mismo valor en los Estados Unidos por su legalización en varios estados, sigue constituyendo un negocio rentable a nivel local.
Así lo reveló una investigación de Business Insider, la cual informó sobre el nuevo modelo de negocio de “Los Chapitos”, copiado de EEUU, con la instalación en Sinaloa de diversos expendios donde se puede comprar mercancía derivada del THC (tretrahidrocannabinol), desde cigarrillos hasta productos comestibles.
Su objetivo es dejar de lado la manera en que se vende la hierba en la calle para sutituirla con establecimientos donde se ofrezcan artículos manufacturados, contó un supuesto miembro del Cártel de Sinaloa, identificado como “el padrino”, al medio estadounidense en un reportaje hecho por el periodista Luis Chaparro.
“Los Chapitos” también han sabido incursionar en esferas ajenas al negocio de las drogas como la pesca y la minería ilegal, así como el tráfico de migrantes.
La organización criminal cobra rentas por el tráfico ilegal de totoaba, una especie de pez que por la codidia de se vegija natatoria (considerada como un remedio médico en China) ha sido llevado al borde de la extinción en México.
Incluso se han hecho con la adquisición de varios contratos de construcción con los gobiernos de Sinaloa, Sonora, Durango y Chihuahua, reportó Insight Crime.
Finalmente, algo que los distingue de otros grupos criminales, es que ellos no se han decantado por la extorsión, pues según la organización, casi no se ha tenido noticias que los relacionen con este tipo de pagos regulares.
En su lugar, presuntamente, han apostado por imponer prácticas comerciales en las que todo aquel que no se adapte a su métodos, a sus precios y sus horarios es eliminado del mapa.
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