De Memín Pinguín a La Familia Burrón: qué historietas clásicas se pueden disfrutar en la hemeroteca digital

El humor y el drama protagonizaban los entonces llamados “cuentitos”, cuyo precio oscilaba entre los 4 y los 30 pesos

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Hay más de 400 historietas
Hay más de 400 historietas disponibles en la hemeroteca digital (Foto: Cortesía Germán Martínez)

Las historietas mexicanas — que durante un tiempo fueron llamadas cuentitos—formaron parte de la infancia de muchas generaciones, desde hace tres años, las personas pueden revivir en línea y de forma gratuita las aventuras y ocurrencias de Memín Pinguín o La Familia Burrón.

Para disfrutar de las más de 400 historietas, solo es necesario ingresar al Catálogo de Historietas de la Hemeroteca Nacional de México, cuya digitalización estuvo a cargo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Dicho repositorio de Pepines se aloja en este sitio web.

En este sitio web, las historietas están clasificadas en cuatro categorías:

Para su visualización, las historietas
Para su visualización, las historietas están dividas en cuatro categorías: humor, drama, aventura y didácticas (Captura de pantalla: pepines.iib.unam.mx)

-Aventura: en la que se pueden encontrar títulos como Kalimán- el hombre increíble, Adelita y las guerrillas, Águila Blanca, Chanoc- aventuras de mar y selva, Diamante Negro y Doña sara, la Mera Mera.

-Humor: en la que se pueden encontrar títulos como La Familia Burrón, Aventuras de Capulina, Aventuras de viruta y Capulina, El Borras de Peralvillo, El Gato Garabato y Pepito.

-Melodrama: en la que se pueden encontrar títulos como El Ángel de la muerte, Ladronzuela, Pedrito, Tengo que partir y La Gitana de Rojo.

-Didáctica: en la que se pueden encontrar títulos como Chismes olímpicos, Diciembre Guadalupano, Cuentos de la selva, Las doce campanadas, Vidas ejemplares, La muerte del sol y La raza de bronce.

Las historietas retrataban situaciones que iban de lo cómico hasta la crítica política, en su momento tenían precios accesibles que iban desde los cuatro hasta los 30 pesos.

Con el paso del tiempo las publicaciones se fueron transformando y diversificando, pues de acuerdo con Vicente Quirarte, al principio era mal visto “leer con imágenes” y por eso a las historietas en México se les puso un sobrenombre.

De acuerdo con el investigador Luis Gantus, estas historietas no sólo entretenían, sino que jugaron un papel importante en la alfabetización de la población. El impacto que tuvieron estas historietas también generó interés para estudiarlas, dividiéndolas en varias épocas y etapas.

Esta es la portada de
Esta es la portada de uno los títulos de La Familia Burrón, los cuales dejaron de lanzarse en 2009 (Twitter/@Jazzrockman)

Uno de los títulos más populares fue La Familia Burrón que se creó en 1948 por Gabriel Vargas, quien se inspiró en las personas habitantes de diversos barrios de la Ciudad de México para crear a sus personajes.

De acuerdo con el escritor Carlos Monsiváis, esta fue “la primera historieta que recurre a eso que llamamos el lenguaje y el sentimiento del espíritu popular. Aprovecha el medio en que otros vacían su falta de imaginación, para entregarnos una visión del México de hoy”.

Una muestra del reflejo social de La Familia Burrón son algunos de sus protagonistas, pues explican la vida cotidiana de los capitalinos en esos tiempos.

Ruperto Tacuche era hermano de otro personaje llamado Borola, y era un ladrón renegado que sufre por alejarse de su pasado; Titino Tinoco es un exfuncionario público que se hizo millonario con su empleo en el gobierno; Doña Gamusita viuda de Pilongano, una anciana que lava ropa ajena durante largas jornadas para mantener a su hijo Avelino, que se cree poeta y escritor; Susano Cantarranas y La Divina Chuy, enfermos alcohólicos que abandonaron a su hijo Foforito, adoptado por Los Burrón.

En este tipo de publicaciones
En este tipo de publicaciones imperaba el humor (Cortesía)

Otras importantes y recordadas historieras fueron Kalimán; que narraba la historia de un superhéroe mexicano; la revista Lágrimas y Risas, que tenía títulos como: Rubí de 1963; María Isabel y Encrucijada, ambas de 1964; Sangre Esclava de 1965; Rarotonga de 1973; Triste Alborada de 1974. También estaban los Capulina y los Capulinitas.

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