Por qué los cárteles se acercan cada vez más a las ciudades para instalar narcolaboratorios

Ahora la producción de drogas se ha trasladado a las metrópolis, a diferencia de épocas anteriores cuando se fabricaba en lugares remotos y de difícil acceso para las autoridades

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Culiacán es el estado donde se han detectado la mayor cantidad de narcolaboratorios (Foto: Sedena)
Culiacán es el estado donde se han detectado la mayor cantidad de narcolaboratorios (Foto: Sedena)

Los grupos criminales en México han cambiado la forma en que producen clandestinamente las drogas. Si antes los “narcolaboratorios” se ubicaban en zonas rurales y remotas a las ciudades para que no fueran detectados por las autoridades, ahora los han trasladado a las grandes urbes, como ha quedado constatado a lo largo de este 2022.

De enero a septiembre del año en curso, el Ejército Mexicano desmanteló alrededor de 107 laboratorios clandestinos, de los cuales 20 (cerca de una quinta parte) se encontraban a menos de 40 minutos de distancia de reconocidas metrópolis como Culiacán, en Sinaloa, y Ensenada, en Baja California, donde operan algunos de los cárteles de mayor presencia en el país.

Según una investigación realizada por el El Sol de México, 17 de estos narcolaboratorios fueron encontrados en los alrededores de la capital de Sinaloa. En la localidad de San Antonio Necua, ubicada a 20 minutos de Ensenada, las autoridades aseguraron dos de estas instalaciones ilegales, mientras que en la comunidad de Acahuizotla, a 15 minutos del centro de Guerrero, se desmanteló otro más.

Con ello se dejaría en evidencia que las organizaciones criminales, como el Cártel de Sinaloa, se acercan cada vez más a las grandes ciudades para fabricar las sustancias ilícitas, principalmente metanfetamina y fentanilo, a diferencia de años anteriores.

El porcentaje de laboratorios asegurados cerca de grandes urbes ha incrementado en años recientes. (Cuartoscuro)
El porcentaje de laboratorios asegurados cerca de grandes urbes ha incrementado en años recientes. (Cuartoscuro)

Del 1 de diciembre de 2012 al 30 de julio de 2019 se desmantelaron 801 laboratorios clandestinos a lo largo de la República. Cerca del 88 por ciento se encontraban en lugares inhóspitos y de difícil acceso, como zonas montañosas y barrancas. Solo el seis por ciento se localizaron en casas o bodegas, según documentos filtrados de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).

En este 2022, ese porcentaje ha aumentado ligeramente, pues alrededor del 18 por ciento de los 107 narcolaboratorios asegurados habían sido instalados a escasos kilómetros de las urbes. Sinaloa es el estado con la mayor cantidad de estos espacios clandestinos. Algunos de ellos se ubicaron en localidades como Alcoyonqui, Palo Verde y Carrizalejo, ubicados a 20, 15 y 10 minutos del centro de Culiacán.

Las razones por las cuales los cárteles del narcotráfico han llevado estos laboratorios a zonas pobladas tendría que ver con la manera en que se fabrican las drogas. Ejemplo de ello ha sido Estados Unidos, donde es común encontrar este tipo de instalaciones en distritos residenciales, comerciales e industriales.

Reubicación de narcolaboratorios

En 2012, en Estados Unidos se presentaba un escenario parecido al que se vive hoy en México. “No hay duda: hay más laboratorios en las zonas urbanas”, afirmó en ese año el entonces coordinador del Grupo de Trabajo sobre Metanfetamina y Productos Farmacéuticos de Tennessee, Tom Farme, en entrevista para AP.

Los narcolaboratorios desprenden un penetrante olor de sustancias químicas tóxicas (Foto:FGR)
Los narcolaboratorios desprenden un penetrante olor de sustancias químicas tóxicas (Foto:FGR)

En 2009, en el condado de Jackson se incautaron 21 laboratorios de metanfetamina. Para el 2012, la cifra incrementó a 65. Lo mismo sucedió en el condado de St. Louis, pues de 30 instalaciones aseguradas aumentó a 50.

Las autoridades estadounidenses indicaron que habían numerosas razones por las cuales los laboratorios habían sido trasladados a las ciudades, pero precisaron que la principal era el aumento de la metanfetamina conocida como “shake and bake” (agitar y hornear).

Explicaron que en el pasado la metanfetamina se “cocinaba” en un laboratorio improvisado que se instalaba en lugares apartados. Y es que la producción de esta droga desprende un fuerte olor a amoníaco que se impregna en los alrededores, mismo que puede ser detectado a cierta distancia.

Sin embargo, eso cambió con la dificultad de conseguir pseudoefedrina, una sustancia que se utiliza para fabricar metanfetamina. Ante esa limitante, los “cocineros” adoptaron un proceso más rápido que consiste en la mezcla de ingredientes con otras sutancias tóxicas como ácido de batería o limpiador de desagües.

 Depende de las sustancias y métodos los lugares donde son instalados los narcolaboratoriso (Foto: Sedena)
Depende de las sustancias y métodos los lugares donde son instalados los narcolaboratoriso (Foto: Sedena)

De esa manera, la metanfetamina “shake-and-bake” puede fabricarse en un espacio pequeño, como una casa, un departamento, un hotel o incluso un coche, sin que se genere un penetrante olor. Lo anterior podría explicar, en parte, los motivos que han llevado a los cárteles mexicanos a establecer sus laboratorios en los alrededores de las grandes ciudades.

Otra de las razones del aumento de los narcolaboratorios urbanos, según AP, tendría que ver con un proceso conocido como “smurfing”, que refiere a cuando alguien compra pastillas de uso restringido para fabricar metanfetamina, como la pseudoefedrina. Para ello se tiene que acudir a las farmacias ubicadas en las urbes, lo que representaría una dificultad si la droga se produce en zonas remotas.

En ese sentido, depende de las sustancias y los métodos empleados en los narcolaboratorios los lugares donde estos pueden ser instalados, pues además de fabricar drogas y evitar que sean detectados por las autoridades, también se busca que pueda ser trasladada y distribuida con mayor facilidad. Asimismo, cabe precisar que la mayor cantidad de consumidores se ubica en las urbes, según la Encuesta Nacional de Adicciones 2002.

Inhalar alguna de la sustancias químicas empleadas para la producción de metanfetamina puede producir mareos y desorientación (Foto: Archivo)
Inhalar alguna de la sustancias químicas empleadas para la producción de metanfetamina puede producir mareos y desorientación (Foto: Archivo)

Indicios y peligros de los narcolaboratorios

De acuerdo con el Departamento de Justicia de Estados Unidos, algunos de los signos que indican la presencia de un laboratorio, particularmente de metanfetamina, son los siguientes:

-Olores inusuales a éter, amoníaco, acetona u otras sustancias químicas.

-Grandes cantidas de basura y residuos, principalmente envases de productos químicos.

-Ventanas cubiertas en el inmueble donde se produce la droga.

-Advertencias de seguridad y visitas frecuentes en horas inusuales.

Algunos de los mayores peligros que subyacen a este tipo de espacios son incendios o explosiones. Sin embargo, aunque no se registren estos incidentes, también tienen repecusiones en la salud, pues en caso de inhalar las sustancias químicas tóxicas se pueden sufrir mareos, naúseas, desorientación o edema pulmonar.

Si las sustancias entran en contacto con la piel, pueden provocar serias quemaduras. Y si se ingieren (ya sea al consumir alimentos o bebidas contaminadas o de manera directa) hay peligro de envenenamiento mortal, así como daños al funcionamiento orgánico y neurológico.

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