Una gran sorpresa se llevaron elementos de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) del municipio de El Marqués, en el estado de Querétaro, cuando descubrieron a un cachorro de tigre en la cajuela de un automovilista.
De acuerdo con dicha dependencia, todo comenzó la mañana de este martes cuando le marcaron el alto al conductor de la camioneta porque incurrió en una infracción de tránsito sobre la Carretera Estatal 200-210, en el cruce de la carretera al Aeropuerto y La Piedad.
Al detenerlos y entrevistarlos, los implicados, un hombre y una mujer, actuaron de manera agresiva con los oficiales e intentaron huir del lugar; sin embargo, los policías municipales colocaron una patrulla que obstruyó el camino para así darles detención inmediata.
Pero al realizar la inspección correspondiente, se encontraron el felino, cuatro armas de fuego y 98 cartuchos útiles. Los detenidos fueron identificados como Manuel “N” y Orfelina “N”.
Tanto los sujetos como la armas fueron presentados ante la delegación de la Fiscalía General de la República (FGR), quien investiga su procedencia.
De igual manera, se informó que el cachorro de tigre se encuentra bajo cuidados y puesto por la FGR a disposición de especialistas para incorporarlo en su hábitat natural.
En México, el tráfico ilegal de vida silvestre se constituye como una infracción o delito en la legislación ambiental de México, e involucra la extracción, acopio, transporte, comercialización y posesión de especies de flora y/o fauna silvestre, mediante la captura caza y colecta, por lo que tendrán que se investigados en este rubro las próximas horas.
Domesticación de animales, una afición heredada
Los capos colombianos pusieron el ejemplo. En los años 80, Pablo Escobar montó un zoológico en su hacienda Nápoles, de Puerto Triunfo. Había de todo: elefantes, jirafas, rinocerontes, antílopes, canguros, cacatúas negras de Indonesia, gallinetas de Nueva Guinea, cisnes blancos de Europa, faisanes, grullas reales y loras de colores que lo fascinaban.
De aquella colección que Escobar llamaba su “Arca de Noé” sobrevivió la leyenda de los famosos hipopótamos que llevó de África a su país, y que pasaron desapercibidos durante el aseguramiento de sus propiedades. Eran dos que al reproducirse se convirtieron en más de 50 y hoy son un problema para las autoridades colombianas, que no saben qué hacer con ellos.
Los narcos colombianos trajeron a México su afición por los animales. El primer caso que llamó la atención porque ocurrió en la Ciudad de México y tuvo mucha repercusión en medios fue el allanamiento de una lujosa residencia en el poniente de la capital, en una zona boscosa conocida como el Desierto de los Leones.
Allí, el 20 de octubre de 2008 las autoridades federales llevaron a cabo un operativo en el que detuvieron a 15 narcotraficantes, la mayoría colombianos vinculados con el cártel de los Beltrán Leyva. Entre ellos estaba Teodoro Mauricio Fino Restrepo, el Gaviota, su enlace con el cártel colombiano del Norte del Valle.
En la lujosa finca, construida con mármol y maderas finas, había alberca, jacuzzi y estancias equipada con muebles lujosos, donde los narcos colombianos y mexicanos organizaban fiestas cada fin de semana.
Pero lo que más sorprendió fue el zoológico instalado en el amplio jardín, donde estaban enjaulados dos leones africanos, dos tigres (uno blanco y otro albino) y dos panteras negras, que es una especie en peligro de extinción.
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