Para garantizar el cuidado y reproducción de las tortugas marinas en México, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) declaró a las playas de nueve estados como Áreas Naturales Protegidas, con lo cual se garantizará la preservación de esta especie.
Con este decreto -publicado en el Diario Oficial de la Federación- se les otorgó la categoría de “santuarios” a un total de 17 playas, las cuales ahora tendrán una zona de anidación y espacios para el desarrollo y conservación de las tortugas que antes no contaban con protección.
Estos santuarios se encuentran los estados de Oaxaca, Quintana Roo, Chiapas, Guerrero, Sinaloa, Tamaulipas, Jalisco, Michoacán y Yucatán, los cuales contarán con una superficie total de seis mil 637 hectáreas.
Estas acciones responden a la importancia de las playas de anidación en el ciclo de vida de las tortugas marinas, pues en dichos lugares llevan a cabo su fase de reproducción. Mediante un proceso de incubación, las hembras depositan sus huevos en nidos construidos en la arena. Las crías nacen después de un periodo de entre 45 y 60 días.
Sin embargo, para que este proceso sea exitoso y la nueva generación de tortugas se adentre en el mar, las playas donde ponen los huevos deben contar con las condiciones óptimas para su anidación, pues de lo contrario no es posible que se reproduzcan.
Las playas que fueron declaradas como Áreas Naturales Protegidas son las siguientes:
-Jalisco: playa Mismaloya, playa Teopa, playa Cuitzmala y playa El Tecuán.
-Sinaloa: playa Ceuta y playa Huizache Caimanero.
-Michoacán: playa Cololoa, playa Maruata, playa Mexiquillo.
-Guerrero: playa Piedra de Tlacoyunque y playa Tierra Colorada.
-Tamaulipas: playa Rancho Nuevo.
-Yucatán: playa Ría Lagartos.
-Quintana Roo: playa de Isla Contoy.
-Oaxaca: playa Chacahua y playa Escobilla.
-Chiapas: playa Puerto Arista.
De acuerdo con la Semarnat, a dichas playas arriban al menos seis de las ocho especies de tortugas marinas reconocidas en el mundo con un único objetivo: anidar. Entre ellas se encuentran la golfina (lepidochelys olivacea), laúd (dermochelys coriacea), carey (eretmochelys imbricata), verde (chelonia mydas), caguama (Caretta caretta) y lora (lepidochelys jemppi).
Según la Procuraduría Federal del Protección al Ambiente (Profepa), todas las especies de tortugas marinas en México se encuentran clasificadas en la categoría de riesgo, por lo que han sido catalogadas “en peligro de extinción”, con base en la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010.
La Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), a través del Programa Nacional de Conservación de Tortugas Marinas -implementado desde 1966-, se encarga del cuidado de las playas donde estos quelonios ponen sus huevos.
Actualmente, la Conanp tiene a su cargo 92 playas a lo largo de la República, en las que también colaboran organizaciones de la sociedad civil, voluntarios internacionales y comunidades locales. De esta manera se hace un trabajo en conjunto para que las tortugas puedan reproducirse sin algún tipo de inconveniente.
Entre los principales peligros que amenazan a las tortugas marinas destacan su extracción directa (considerada una práctica ilegal y relacionada con el tráfico internacional de productos y subproductos), así como la extracción de huevos y hembras en las playas de anidación.
También repercute la destrucción o contaminación de su hábitat, la destrucción de las playas, al igual que la demanda de la carne y huevos de tortugas, por el cual son sacrificadas, ya que su caparazón puede ser usado en la manufactura de joyas.
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