Los grupos del crimen organizado en México han expandido sus operaciones delictivas no solamente a lo largo de la República, sino que también las han llevado a otros países, algunos incluso fuera del continente. Estados Unidos es un territorio clave para los cárteles de la droga, al igual que la Unión Europea (UE), donde la metanfetamina y cocaína se trafican en grandes cantidades.
En el “viejo continente” se ha detectado la presencia de dos de las organizaciones criminales con mayor expansión y control territorial en México: el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), según informes de inteligencia dados a conocer por la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés).
En un reporte publicado a inicios de diciembre, en el que también participó la Oficina Europa de Policía (Europol), se expone la manera en que los cárteles mexicanos forman alianzas con grupos criminales europeos para traficar cocaína, heroína, metanfetamina y marihuana, principalmente.
Para ello se ha estructurado una red conformada por cinco tipos de actores criminales: los cocineros (dedicados a la producción de droga en laboratorios clandestinos); los agentes de bolsa (encargados de los vínculos entre los proveedores y distribuidores); los “enviados” (integrantes de cárteles mexicanos que viajan a la UE para supervisar las operaciones); los intermediarios (participan en el transporte y logística), y los lavadores de dinero.
“La cooperación entre los actores criminales mexicanos y las redes basadas en la UE puede continuar desarrollándose. Dicha cooperación puede consistir en que los productores de droga en México compartan con sus homólogos europeos su pericia para instalar laboratorios” y así producir las sustancias ilícitas, se lee en el informe.
Hasta el momento no hay reportes o indicios concretos que señalen a cárteles mexicanos cooperando directamente con redes delictivas de la UE para traficar o producir fentanilo. Aunque para la metanfetamina sí existen vínculos criminales, apunta la DEA.
Para la producción de la metanfetamina, los cárteles mexicanos trabajan de manera conjunta con cárteles neerlandeses para fabricar la droga en laboratorios clandestinos. Según los informes, los “cocineros” de México son importantes para el continente europeo debido a su conocimiento y habilidad para producir cristales reduciendo el deshecho químico generado, lo que produce mayores ganancias.
Para ello, los traficantes de Holanda contactan a los “cocineros” mexicanos que se encuentran en la UE para producir la droga; o bien, son contactados desde Latinoamérica para que viajen al viejo continente. “En otros casos, puede ser que las redes criminales neerlandesas se acerquen a técnicos de laboratorio mexicanos de manera independiente”, se detalla.
Dichos técnicos de laboratorio trabajan de manera autónoma y podrían estar vinculados a redes delictivas de Holanda mediante intermediarios. Es por ello que este país ha sido considerado como “el paraíso de los cárteles de la droga mexicanos”, según el diario De Telegraaf. Y es que desde 2020 se ha tenido conocimiento de las relaciones entre las organizaciones criminales de ambas naciones.
El jefe de la División Nacional de Investigación Criminal, Andy Kraag, indicó en su momento que “los narcotraficantes holandeses trabajan con los mexicanos para adquirir experiencia y reemplazar éxtasis por metanfetamina en los laboratorios”, a tal punto de considerar los cárteles de México como “una plaga”.
En marzo de hace dos años, un tribunal de Breda condenó a tres mexicanos a cuatro años de prisión por gestionar un “laboratorio flotante” para producir metanfetamina. Los sentenciados viajaron a Holanda con el único propósito de fabricar la droga a bordo de un barco en Moerdijk, el cual estuvo en funcionamiento durante 10 meses.
En los casos en que la droga es enviada directamente desde México, se realiza a través de transporte marítimo y aéreo, y es ocultada dentro de mercancías legales, en su mayoría alimentos o materiales de construcción. Una vez las sustancias ilícitas son recibidas en los puntos de entrada de la UE, las redes delictivas locales vinculadas a los cárteles mexicanos se encargan de transportarla y distribuirla en países como España.
La DEA y la Europol consideran que una mayor presencia de cárteles mexicanos en la UE podría provocar que los índices de violencia aumenten en la región.
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