México ofreció asilo político al expresidente de Perú, Pedro Castillo, quien actualmente se encuentra recluido en su país de origen tras su destitución, luego de que éste intentó disolver al Congreso. Sin embargo, la lista de asilados políticos en México no es corta, pues dicha medida forma parte de una larga tradición.
Desde Evo Morales en 2019 hasta León Trotsky en la década de 1930, el país ha brindado hogar y asistencia a personas que tuvieron que huir por estar en riesgo su vida; tal fue el caso de la guatemalteca Rigoberta Menchú o el expresidente argentino Héctor José Cámpora.
Actualmente en México se encuentra la familia de Pedro Castillo, quien logró llegar a través de un salvoconducto otorgado por el gobierno peruano. Su recepción se dio en medio de la destitución del Embajador de México en Perú, Pablo Monroy, bajo el argumento de que Andrés Manuel López Obrador injirió en la política interna de aquel país.
No obstante, durante la historia contemporánea en México se han recibido a múltiples personajes de la política internacional, quienes fueron perseguidos en sus naciones por diversas situaciones. Desde finales del siglo XIX se puso en marcha una política favorable a la inmigración que se consolidó años después como el Derecho de Asilo.
En México el asilo político está legislado por el artículo 11 constitucional, el cual establece que “toda persona tiene derecho a buscar y recibir asilo. El reconocimiento de refugiado y el otorgamiento de asilo político, se realizarán de conformidad con los tratados internacionales”, mientras que también se encuentra regulado por la Ley sobre Refugiados, Protección Complementaria y Asilo Político.
Políticos refugiados en México
En el periodo entre guerras —durante la primera mitad del siglo XX— a México arribaron distintas personalidades que fueron perseguidas derivado de su activismo político, en medio de los cambios sociopolíticos que acontecieron.
Fue en ese sentido que en 1936 llegó al país uno de los impulsores de la revolución rusa, León Trotsky, quien se enemistó con el gobierno de Joseph Stalin. Junto a él también llegó su esposa, la también escritora y activista Natalia Sedova de Trotsky, quien vivió el resto de su vida en México tras el fallecimiento de su esposo.
A la par, también llegaron a México Víctor Serge y su hijo Vládimir Kibálchich Rusakov, quienes pasaron por diversas naciones perseguidos por oponerse, también, al gobierno de Stalin. Serge fue escritor, mientras que su hijo destacó como pintor, e incluso se unió al movimiento muralista.
En aquellos años, derivado del contexto mundial, arribaron a México dos artistas que destacaron por sus contribuciones, así como por su activismo político. En los años 30 México le otorgó al asilo a la fotógrafa italiana Tina Modotti, quien fue parte del movimiento revolucionario en su país, mientras que en 1941 se recibió a la española Remedios Varo.
En 1973, tras el golpe de Estado al presidente chileno Salvador Allende, el entonces mandatario mexicano, Luis Echeverría Álvarez, envió un avión para sacar a la ex primera dama de Chile —esposa de Allende— Hortensia Bussi, quien regresó 15 años después a su país.
A finales de esa misma década, el Shah de Irán, Mohammed Reza Pahleví, fue recibido en México durante la administración de José López Portillo, tras la revolución islámica con la que fue derrocado.
En la década de los 90 fue recibida la luchadora social y activista por los Derechos Humanos, Rigoberta Menchú, quien fue galardonada con el premio nobel de la paz en 1992.
Y más recientemente, en 2019, el gobierno de López Obrador concedió el asilo al mandatario de Bolivia, Evo Morales, luego de renunciar a la presidencial tras el golpe de Estado que sufrió.
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