En México existe un sinfín de tradiciones que han pasado de generación en generación enriqueciendo la cultura y la Noche de Rábanos es, sin lugar a dudas, una de ellas. Después de dos años suspendida por las restricciones sanitarias derivadas de la pandemia COVID-19 regresó más fuerte que nunca y en su125 aniversario logró cautivar a propios y extraños con las creaciones más sorprendentes de los hortelanos oaxaqueños.
Como todos los años la popular celebración se llevó a cabo durante la noche del 23 de diciembre en la Plaza de la Constitución ubicada en el centro de Oaxaca. De acuerdo con información recuperada por EFE, en esta ocasión cerca de 50 hortelanos se dieron cita en la explanada para presentar desde escenas cotidianas hasta recreaciones de obras de arte elaboradas con rábanos de todos los tamaños.
Aunque la tradicional fiesta oaxaqueña comenzó con rábanos, no es el único elemento que se presentó este año, pues los concursantes sumaron la flor inmortal y el totomoxtle en sus creaciones dando así un toque fresco a una tradición que data del siglo antepasado.
¿Qué es la Noche de Rábanos?
Actualmente, la Noche de Rábanos es un concurso que sirve como plataforma para que muchos hortelanos y floricultores oaxaqueños muestren sus obras de arte creadas a base flores y rábanos de diferentes tamaños. Todos los participantes que se registraron con anticipación montan sus escenarios en el Centro Histórico de Oaxaca y esperan a que tanto los visitantes como los jueces pasen por su exposición para explicar en qué consiste su creación.
La muestra tan solo dura unas horas, pues las raíces talladas no tardan mucho en descomponerse. Por esa razón, los concursantes elaboran sus figuras con poco tiempo de anticipación, incluso, algunos le dan los últimos detalles a sus figuras cuando montan sus escenarios en su respectivo puesto. No obstante, su concepción del trabajo que quieren presentar puede durar varios meses.
Dentro del concurso existen diversas categorías como la Tradicional, donde se busca recrear escenas relacionadas con fiestas, quehaceres cotidianos o personajes emblemáticos del estado; y la Libre, que ofrece un panorama más amplio para los artistas.
¿Por qué se celebra?
Se desconoce cuándo comenzó la tradicional celebración oaxaqueña, pero de acuerdo con información recuperada por algunos historiadores locales se sabe que data de 1987, cuando los hortelanos cansados por las bajas ventas en vísperas de Nochebuena recurrieron a su creatividad para tallar figuras en los rábanos con toda la intención de tener más clientela.
De esta manera no solo fomentaron la competencia entre los vendedores, también sacaron a relucir sus dones artísticos. Conforme el paso del tiempo se sumaron más y más vendedores hasta que todos los puestos ubicados en la explanada ya contaban con sus propios escenarios. Cabe mencionar que en un principio se respetaba la forma natural del rábano, pero después se optó por hacer los cambios necesarios para que la pieza tuviera consistencia.
Originalmente, los rábanos utilizados eran producidos por agricultores del valle en el que se encuentra la capital oaxaqueña, pero conforme creció la demanda fueron se fue expandiendo a otras localidades, pues la producción de esta rica raíz comenzó a ser insuficiente. Por esa razón, el gobierno municipal designó un área de cultivo en las inmediaciones del Parque Tequio para la producción de las hortalizas utilizadas única y exclusivamente para este concurso.
La tierra utilizada es fertilizada y tratada químicamente para que los rábanos se desarrollen en condiciones más optimas. Algunas de estas raíces pueden llegar a medir más de 50 centímetros y pesar 3 kilos.
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