Durante la tarde del 22 de diciembre, familiares, amigos, colectivos y activistas que luchan por los derechos de las mujeres, exigieron justicia por el feminicidio de Ana María Hernández, una mujer de 40 años de edad con discapacidad motriz, que fue quemada viva dentro de su domicilio junto con sus 6 perritos, en Chimalhuacán, Estado de México.
La tragedia ocurrió el 14 de diciembre cuando Ana María se encontraba sola en su casa, únicamente en compañía de sus mascotas. Normalmente estaba al cuidado de su padre Antonio, pero él se tuvo que ir ya que recibía constantes amenazas de un hombre. Fue así como decidió encargarla con sus vecinos e irse unos días.
De acuerdo con los primeros reportes, un día previo al incendio, el 13 de diciembre, el agresor identificado como “Quico” arribó al domicilio de la mujer y su padre para golpearlo. A continuación lo amenazó de muerte y con abusar sexualmente de Ana María, por lo que testigos y vecinos acudieron a su ayuda.
Durante la noche del 14 de diciembre el presunto culpable, prendió fuego al inmueble, el cual fue consumido rápidamente pues estaba construido de madera y láminas. No pudieron hacer nada para salvar a Ana y 5 de sus perros, por lo que fueron devorados por las llamas.
Los habitantes, al no poder sofocar el fuego, procedieron a capturar al presunto culpable y lo golpearon antes de entregarlo a la policía.
El calvario del señor Antonio parece no tener fin, pues él buscaba darle sepultura a su hija pero las autoridades trasladaron primero el cuerpo de Ana María al Servicio Médico Forense (Semefo) para realizarle la necropsia y análisis que probaran su identidad y parentesco con su padre. Esto debido a que la víctima quedó desfigurada e irreconocible.
Asimismo, se le ha negado a Antonio la entrega de su hija, pues no cuenta con ningún documento que corrobore su paternidad ya que todo lo perdió en el incendio. Según el colectivo Nos Queremos Vivas Neza, en el Ministerio Publico incluso se le ha amenazado al señor con llevársela a una fosa común si no resuelve pronto el papeleo.
A una semana del crimen, fue convocada una protesta en la colonia Progreso del Oriente para exigir a al gobierno una respuesta y justicia por el feminicidio.
Este caso se suma a los numerosos feminicidios que se dan a diario en México. Entre las tragedias más recordadas de este 2002 están los casos de Margarita Ceceña y Luz Raquel Padilla, a quienes sus agresores quemaron vivas.
Margarita Ceceña, de 30 años, era originaria de Morelos. Murió el 24 de julio en el Instituto Nacional de Rehabilitación de la Ciudad de México 24 días después de ser víctima de feminicidio; fue rociada con gasolina y después prendida en fuego por la pareja de su prima y otros familiares.
El feminicidio de Luz Raquel Padilla conmocionó a la sociedad mexicana debido a la brutalidad con la que fue arrebatada su vida y por la inacción de las autoridades, aún cuando las señales que antecedieron a la tragedia eran evidentes.
Todo sucedió el 16 de julio, mientras la víctima caminaba por la colonia Arcos de Zapopan, cuando fue agredida por al menos tres personas, quienes después de golpearla, le rociaron alcohol y le prendieron fuego. Esto causó daños severos en el 90% de su cuerpo y falleció debido a la gravedad de las lesiones.
SEGUIR LEYENDO: