El presidente, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), respondió al llamado en el que el Primer Ministro de Perú, Alberto Otárola, le pedía detener su “incensante intromisión” en la crisis política detonada tras la destitución del ex presidente, Pedro Castillo.
En su conferencia matutina de este 22 de diciembre, el tabasqueño insistió que el autogolpe que Castillo Terrones encabezó habría sido en realidad consecuencia del “golpe del conservadurismo y de los mandamás”; a quienes no se dudó en tacharlos, de nueva cuenta, de “racistas, clasistas y muy corruptos”.
“Sostenemos lo mismo: fue un golpe del conservadurismo del Perú; de los mandamás de Perú (...) Tienen el control completo de los medios de información”.
A ello, insistió en convocar a elecciones generales “lo más pronto posible” para escoger a la o el nuevo presidente, así como un Congreso renovado. Esto, afirmó, porque “la mayoría de la gente (de Perú) no quiere al actual Congreso”.
“‘¿Cómo? Tengo atrapado el Congreso. La oligarquía tiene el control del Congreso. ¿Para qué convocamos elecciones? O convocamos hasta el 2025. ¿Y mientras? ¿Y el sufrimiento de la gente? Es muy doloroso”, aseveró y negó que Castillo haya orquestado un golpe de Estado.
“Castillo no sacó a la policía, no sacó al ejército. Es más, ellos (del conservadurismo) sabían que el ejército no estaba con Castillo, estaba con los que mandan indebidamente”.
La señalada “actitud injerencista” de López Obrador fue una de las causantes por las que la cancillería del país andino declaró como persona non grata a Pablo Monroy, embajador de México en Perú, para después ordenar su saluda del país en un máximo de 72 horas.
En ese contexto fue que Otárola señaló al Jefe del Ejecutivo mexicano de incentivar una postura que perjudica la relación bilateral. Además, lo acusó de irrumpir en la paz “que han conseguido con mucho esfuerzo” y lo tachó de incurrir en una “incensante intromisión” de los asuntos internos.
“El Perú lamenta que un país hermano, con el que hemos mantenido históricos vínculos culturales a lo largo de muchos años esté en un estado lamentable de relaciones diplomáticas, fomentadas, principalmente, por el señor López”.
Pese al reclamo, el Primer Ministro negó que la actitud de López Obrador - y su resistencia para reconocer a Dina Boluarte como la nueva presidente de Perú - influya para romper la relación bilateral, tal cual lo había anticipado el mandatario mexicano.
“La Secretaría de Relaciones Exteriores ha decidido no romper relaciones porque necesitamos mantener nuestra embajada para dar protección a los mexicanos que viven en Perú”, señaló el tabasqueño en su mañanera del 21 de diciembre.
Expulsión del embajador de México en Perú
La expulsión del embajador de México en Perú, Pablo Monroy, aunó un nuevo capítulo a la crisis diplomática entre ambas naciones tras la destitución del ex presidente peruano, Pedro Castillo, por el intento de autogolpe de Estado y huida de su país.
Fue la cancillería de Perú, encabezada por Ana Cecilia Gervasi, quien ordenó la salida del diplomático mexicano luego que se otorgara el salvoconducto a la familia de Castillo, su esposa Lilia Paredes y sus dos hijos. Esto, como parte de la solicitud de asilo político que México les otorgó.
De ese modo, la familia Castillo Paredes arribó a tierras aztecas en la mañana del 21 de diciembre y fueron recibidos en la embajada de Perú en México. No así coon Monroy quien, hasta el último informe de AMLO, aún se encontraba en Lima.
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