El fraccionamiento El Rehilete, ubicado en el municipio de Villagrán, Guanajuato, fue el escenario de un atroz hecho de violencia que orilló a la policía local a un macabro hallazgo.
Primero, las y los vecinos de la colonia vivieron momentos de terror debido a una nutrida lluvia de balas que un comando armado desató contra la fachada de un edificio multifamiliar durante la tarde del 19 de diciembre.
Según reportes de la prensa local y de los habitantes que fueron testigos del ataque, los sicarios dispararon cerca de 100 balas de grueso calibre hacia la construcción, lo que ocasionó daños a por lo menos tres casas.
Tras recibir el reporte, llegaron al lugar elementos de las autoridades municipales, estatales y federales, quienes encontraron los cadáveres de tres mujeres dentro de una de las casas atacadas.
Aunque las primeras versiones sugerían que las víctimas —Wendolín Abigail “N” de 19 años, Karen Paola “N” de 23 años y una adolescente— habrían perdido la vida a causa de las ráfagas de fuego perpetradas desde el exterior, las condiciones en las que sus cuerpos fueron encontrados apuntaron que, más bien, el domicilio pudo haber sido utilizado como una casa de tortura.
Esto, debido a que una de las mujeres estaba en el baño, desnuda y decapitada, mientras que las otras dos estaban recostadas boca abajo en otra habitación de la casa (una de ellas sin ropa).
Hasta el momento no hay una versión oficial que permita establecer si las personas que dispararon hacia la casa fueron las mismas que habrían asesinado a las tres jóvenes, pues se desconoce la identidad de los agresores.
Fuentes especializadas en temas de seguridad en Guanajuato resaltaron que el municipio de Villagrán, en donde se encuentra El Rehilete, era una de las zonas en las que operaba Emmanuel “N”, alias Zermeño, líder regional del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) en el estado.
Sin embargo, luego de haber sido abatido por agentes de la Fiscalía General del Estado de Querétaro el 15 de noviembre, tanto Villagrán como Celaya y Santa Rosa de Lima habrían pasado a ser controlados por el cártel que lleva el nombre de este último municipio, liderado por José Antonio Yépez Ortiz, El Marro.
“Emmanuel ‘N’, alias ‘el Zermeño’, era considerado uno de los principales generadores de violencia en Guanajuato. Él formó parte de la organización delictiva Cártel Santa Rosa de Lima (CSRL), cuya cabeza es José Antonio ‘N’, alias ‘el Marro’, y después de haber generado una ruptura con esta organización delictiva se habría sumado al Cártel Jalisco Nueva Generación, provocando diversos actos de violencia y de homicidios en esa región”, fue la declaración ofrecida por Ricardo Mejía Berdeja, Subsecretario de Seguridad Pública.
El estado de Guanajuato se ha visto inmerso en los últimos años en una brutal narcoguerra entre estos dos grupos criminales que se disputan el control de las plazas para mover la droga.
Además de los ataques aparentemente arbitrarios y aleatorios a casas y otros inmuebles, un aspecto característico de la violencia en Guanajuato han sido las masacres en bares y centros nocturnos, pues desde el mes de agosto al menos 30 personas han sido asesinadas en estos establecimientos.
“Los ataques a bares, restaurantes, cantinas y centros botaneros son frecuentes debido a que en muchos de ellos se comercializan drogas al menudeo. Los cárteles atacan los bares y cantinas en donde se venden drogas de la competencia”, explicó David Saucedo, especialista en temas de seguridad, en un análisis compartido con este medio.
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