En medio de un aula de clases ubicado en El Centro de Readaptación Social (CERESO) Guanajuato, Alexis tomó de la mano a una de sus compañeras y comenzó a bailar con ella al ritmo de versos como: “Qué sorpresas da la vida, unas veces da pa arriba, otras pa abajo y te lastima” durante la clase abierta para presentar el disco Volver al corazón.
Y es que, mujeres privadas de su libertad de cinco centros penitenciarios de México, incluidos Nezahualcóyotl Bordo de Xochiaca, Social Santiaguito, Almoloya y el Centro de Reinserción Social Femenil de Escobedo en Nuevo León, colaboraron durante año y medio junto a la artista Leiden y la Fundación Plan B para crear un álbum con canciones testimoniales sobre sus respectivas vivencias en los Centros penitenciarios en el país.
Melodías como Fuerza y Libertad, Las olvidadas, Sorpresas o Mujer Detente son algunas de las piezas que nacieron a partir de 18 sesiones de creación colectiva impartida por la cantante en la Videocademia Penitenciaria.
Respecto a esto, Leiden platicó en exclusiva con Infobae México que este proyecto surgió de una forma casi inesperada al encontrase con un folleto dirigido a las personas de la sociedad civil, en donde se les exhortaba a donar una hora de su tiempo para compartir algún “talento” en centros penitenciarios con la finalidad de apoyar a la reinserción social.
“Lo cierto es que cuando llegamos a la pandemia fue un momento bastante rudo para toda la humanidad, pero para nosotras que nos dedicamos al fenómeno escénico, salir de los escenarios era no sólo nuestro pilar económico, sino también nuestro pilar emocional, se están quebrando todos nuestros rincones seguros, pero también es una oportunidad para hacer otras cosas y para explorar otras pasiones”, destacó la también activista.
Así, tras informarse un poco más sobre esta iniciativa, Leiden consideró que podría aportarle a las mujeres privadas de su libertad algunas herramientas de composición para que pudieran expresarse, pues desde su perspectiva, la música tiene un amplio valor comunicativo que es indispensable para la historia. No obstante, tras ser aceptada su propuesta y comenzar con sus clases, se percató de algunas desigualdades que suceden dentro de estos contextos penitenciarios.
“En los penales masculinos hay muchas oportunidades, para estudiar, para realizar algún oficio pensando en sus oportunidades de reinvención social, sin embargo, los penales femeniles (...) las mujeres en los penales femeniles son abandonadas al menos tres veces: abandonadas por el sistema de justicia, porque la mayoría de las mujeres que están en prisión a través de una defensa de género salen; son abandonadas por la sociedad civil y por sus familias, no hay ninguna oportunidad”, dijo.
Debido a la buena aceptación que tuvo en la Videoacademia Penitenciaria, Leiden intentó llevar un poco más lejos el trabajo de las mujeres y buscó algunos estímulos artísticos para poder crear un disco en coautoría con ellas. Por lo que después de tocar varias puertas consiguió un apoyo del Fondo Nacional Para la Cultura y las Artes (Fonca) y sin perder ni un minuto comenzó a estructurar todo para que pudiera salir a la luz lo más pronto posible.
“Luego luego conectaron conmigo, conectaron con las canciones, con el ejercicio (...) fue bastante emocionante porque son mujeres que vienen de ciertas dinámicas sociales y cotidianas donde nunca se han dado la oportunidad de ser creadoras, de ser creativas, de sentirse artísticas, de poderse comunicar a partir de otro lenguaje”, remarcó.
Tras el lanzamiento del disco, cada una de las mujeres está recibiendo ejemplares en físico y todas las que colaboraron cuentan con los registros correspondientes ante el Instituto Nacional del Derecho de Autor (INDAUTOR). Asimismo, Leiden externó que continúa solicitando firmas para poder incluir a sus compañeras de proyecto en la Sociedad de Autores y Compositores de México, esto con la finalidad de que puedan obtener regalías del material.
“Aquí vamos a darle valor a la canción en cuanto a que es testimonial, en cuanto a que es un canción que comunica y que va a ser la narración de la historia que no se cuenta, como la historia no hegemónica de la realidad (...) No hubo revictimización, ninguna se revictimizó en ningún momento”, comentó la cantante.
Nos llaman “Las olvidadas” y esa frase está bien
¿Quién soy?, ¿cuáles fueron mis circunstancias y detonantes de mis acciones?, ¿Cuál es mi historia de vida? o ¿qué estoy viviendo actualmente en prisión? fueron algunos de los ejes de pensamiento que Leiden incluyó en su taller de composición musical. A partir de esto, las historias a modo de versos y ritmos que van desde el norteño, mariachi o ska comenzaron a construirse.
La presentación de Volver al corazón se llevó a cabo el 16 de diciembre vía remota y no sólo se sumó la arista, sino que varias de las mujeres -tanto privadas de la libertad- como algunas que recientemente salieron de los centros penitenciarios, estuvieron presentes para hablar de su experiencia como creadoras musicales.
“Nos impulsaron a no caer, en saber que no estamos solas, en empoderarnos de que no hay imposibles y aquí estoy después de que habían dicho que mi sentencia era de 50 años y que no iba a salir, que era imposible que fuera escuchada, (...) hoy al fin puedo estar reunida con mis dos hijos”, mencionó María Dolores de León, una mujer que actualmente se encuentra en libertad tras un arduo proceso que sentó un antecedente para Nuevo León.
Leiden contó para este medio que María estuvo encarcelada por un delito que cometió su expareja y, debido a la impunidad que permea en el país, el hombre estuvo en libertad, mientras ella tuvo que enfrentarse a una larga sentencia debido a un crimen que no cometió. Sin embargo, en palabras de Dolores, gracias a una abogada de oficio consiguió hacer valer la perspectiva de género en su caso y logró salir del Centro Penitenciario en el que se encontraba.
“La sociedad nos ha hecho creer que estar ahí ya no vales, que eres un número, que ya no tienes silencio, por eso somos olvidadas y juzgadas por todo”, remarcó María Dolores durante la videoclase.
Para Leiden, el impacto que Volver al corazón tuvo en su vida aún no concluye, pues aunque fueron casi dos años de trabajo constante para que el material pudiera darse a conocer, esto sólo significa para ella una nueva oportunidad para contribuir en la concientización de la sociedad civil respecto a estos temas.
“No es un proyecto que finalizó, terminó de estar a puerta cerrada, ahora está comenzando. Hay una etapa maravillosa de este proyecto porque va a ver la luz y va tener efectos muy positivos en la vida de ellas, en la vida de muchas mujeres en prisión que están luchando por buenas condiciones en su reinserción social y por volver a estar con su familia (...) es un proyecto que es aliado para cambiar narrativas y empatía de la gente”, concluyó.
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