Un día como hoy pero de hace 13 años unos 200 efectivos de la Marina irrumpieron en un lujoso complejo de apartamentos de la ciudad de Cuernavaca donde se encontraba el capo Marcos Arturo Beltrán Leyva, alias el “Jefe de Jefes”.
Cinco días antes la Armada ya había irrumpudo en una fiesta que se celebró en un pueblo cercano a Tepoztlán, Morelos, donde se encontraban el “Jefe de Jefes” y Édgar Valdez Villarreal, alias “La Barbie”, quienes consiguieron escapar tras una fuerte balacera en la que murieron tres sicarios y otros once fueron detenidos.
Sin embargo, aquella noche del 16 de diciembre de 2009 sería la última para el capo que también era conocido como “El Barbas”, y que era uno de los hombres más buscados en México y Estados Unidos.
Los soldados se movilizaron por tierra y aire para rodear al edificio donde fue localizado el capo y desalojar las residencias contiguas. Pese a ser superados en número por los marinos, los sicarios del “Barbas” defendieron a su patrón hasta la muerte.
Los oficiales fueron recibidos con un intenso fuego que duró cerca de cuatro horas Durante la confrontación los sicarios arrojaron unas 20 granadas de fragmentación contra el personal de la Secretaría de Marina-Armada de México.
“Nos llevó algún tiempo poder neutralizarlo, aproximadamente desde que empezó la operación fueron cuatro horas (...) Cuando estaba cercado en el área donde se capturó, él empezó hacer fuego y lamentablemente usó granadas”, declaró el almirante José Luis Vergara.
El jefe de uno de los cárteles más violentos de México murió junto con cuatro sicarios, y uno más se suicidó antes de ser atrapado según la versión oficial.
Las fotografías de la balacera que salieron a la luiz revelaron que el departamento de Arturo Beltrán Leyva quedó como un auténtico campo de batalla: manchas de sangre, casquillos de grueso calibre regados en el piso y las paredes totalmente agujereadas.
Bañado en dólares
Pero fue una fotografía la que destacó del resto. La imagen exhibió el cuerpo del narcotraficante desnudo, ensangrentado y cubierto de billetes y doláres americanos.
El diario Reforma aseguró en aquel entonces que el narcotraficante había sido expuesto de esa forma “para mandar un mensaje”, pero la Secretaría de la Marina desmintió dicha versión “categóricamente”.
“Se niega categóricamente cualquier participación en ese montaje, en esa fotografía, no tenemos absolutamente nada que ver (...) No permitiríamos nosotros en ningún momento que se llevara a cabo la exposición de un cadáver de esa forma”, aseguró un capitán de la Armada que prefirió no dar su nombre.
Beltrán Leyva fue un aliado poderoso del Cártel del Sinaloa, pero rompió su alianza tras el arresto de su hermano Alfredo “El Mochomo” en enero de 2008, que fue visto como una traición por parte del líder de esa organización, Joaquín “El Chapo” Guzmán.
La muerte de Beltrán Leyva —sobre quien pesaba una recompensa de 2.4 millones de dólares en México— fue considerada toda una victoria para el ex presidente Felipe Calderón, quien lanzó una cruzada contra las drogas poco después de llegar al cargo en 2006, pues hasta el momento sólo había logrado capturar a jefes de segundo y tercer nivel.
Actualmente el cuerpo de “El Barbas” yace en el Panteón Jardines de Humaya, en Culiacán, Sinaloa. La construcción de su mauseleo se calculó en unos USD 650 mil y cuenta con wifi, televisión satelital, varias habitaciones y una cocina.
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