Perú y Argentina, los casos en que AMLO olvidó el “principio de no intervención” en política

Esta semana el Ministerio de Relaciones Exteriores de Perú convocó al embajador de México en aquél país, Pablo Monroy, para transmitirle la extrañeza que han generado en la nación sudamericana las expresiones del presidente Andrés Manuel López Obrador y su canciller, Marcelo Ebrard, respecto a los procesos políticos dentro de Perú.

El presidente de México ha insistido varias veces durante su gobierno en ser respetuoso de la soberanía de otros países y su estricto apego a la “Doctrina Estrada”, la cual se basa en el principio de no intervención y la autodeterminación de los pueblos.

Luego del intento fallido de golpe de Estado por parte del mismo Pedro Castillo, el mandatario mexicano lamentó la acción de la justicia en contra del ahora ex presidente de la nación inca.

“Consideramos lamentable que por intereses de las élites económicas y políticas, desde el comienzo de la presidencia legítima de Pedro Castillo, se haya mantenido un ambiente de confrontación y hostilidad en su contra hasta llevarlo a tomar decisiones que le han servido a sus adversarios para consumar su destitución”, dijo el tabasqueño luego que Castillo intentó disolver al Congreso y cambiar al Poder Judicial.

“Las expresiones de las autoridades mexicanas constituyen una injerencia en los asuntos internos del Perú, y no resultan consistentes con los acontecimientos que se han sucedido en días recientes”, señaló la cancillería de Perú.

El gobierno indicó que han señalado al embajador Monroy “la necesidad de que los estados se ciñan a las normas contenidas en los tratados internacionales vigentes sobre la materia y cumplan con todos los requisitos que los mismos establecen”.

López Obrador dice que la política exterior de su gobierno se basa en la no intervención, aún así, el tabasqueño ha hecho condenas públicas sobre la política interna de países como Argentina y Perú, donde ha manifestado abiertamente su opinión para defender a líderes como Cristina Kirchner, Alberto Fernández, Pedro Castillo y en otros casos, a Luiz Inácio Lula da Silva.

Además de calificar a los opositores de esos países como “conservadores” y tacharlos de “antidemocráticos”, el presidente mexicano ordenó a una parte de su gabinete viajar a Perú para asesorar al equipo del ex presidente Pedro Castillo en la implementación de programas gubernamentales de carácter social.

El pasado miércoles 7 de diciembre, López Obrador reconoció que Pedro Castillo intentó llegar a las instalaciones de la embajada de México en Perú para solicitar asilo. Con esa maniobra, el peruano intentó evitar su detención luego de tratar de imponer el Estado de excepción y gobernar a base de decretos, eliminando así al congreso y al Poder Judicial.

Aunque a nivel internacional el intento fallido de golpe de Estado por parte de Castillo fue condenado, el Ejecutivo mexicano justificó las acciones del peruano. Uno de los diputados de aquél país reveló que semanas antes el gobierno de López Obrador operó para tratar de autorizar la salida de Pedro Castillo a México con el pretexto de asistir a la Cumbre de la Alianza del Pacífico.

Una vez que Dina Boluarte asumió la presidencia de Perú para tratar de mantener la gobernabilidad, el presidente de México no estableció contacto oficial con la nueva administración y se limitó a decir que no se romperían los lazos diplomáticos. Alberto Fernández fue uno de los tantos mandatarios que reconoció al nuevo gobierno de Boluarte y abogó por la permanencia de la democracia.

El artículo 89 de la Constitución de México establece que la política exterior se debe conducir bajo los principios de “autodeterminación de los pueblos; la no intervención y la solución pacífica de controversias”.

Genaro Estrada Félix, fue diplomático mexicano creador de la Doctrina Estrada, que contempla algunas directrices con las que México se presentó en el plano internacional en la década de los 30 del siglo pasado.

El 27 de septiembre de 1930 fue publicada su Doctrina Estrada, donde sostuvo el principio de que ninAdemás, confirma también los derechos a la no intervención y a la autodeterminación de los pueblos.

Luego que la justicia argentina sentenció a Cristina Fernández de Kirchner por participar en una red de corrupción para beneficiar a su familia, el presidente mexicano condenó la decisión de los jueces de ese país.

“A todas luces es una venganza política (...) también es un acto antidemocrático, no quieren que participe en el proceso electoral, la están inhabilitando. Es un asunto político y parecido a lo de Lula”, dijo López Obrador desde su mañanera.

El mandatario mexicano había manifestado abiertamente su apoyo a la vicepresidenta argentina, pues el pasado 25 de agosto declaró: “No se le puede impedir a nadie que quiera participar en política ser candidato o candidata solo porque se fabrica un supuesto delito, un poco lo que me hicieron a mí cuando el desafuero”.

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