El infierno que viven las trabajadoras sexuales en México

La Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer “Elisa Martínez”, A.C., busca mostrar la violencia que viven las Trabajadoras sexuales de México y a su vez señalar estos abusos para que se tengan en cuenta y los identifiquen.

De acuerdo con esta Brigada, el método que aplicaron para sacar estos 30 indicadores fue el resultado de 45 entrevistas a trabajadoras sexuales de las cuales son migrantes externas e internas que han laborado en 14 estados de la República, incluyendo a la Ciudad de México.

Este informe lo llamaron “Indicadores de violencia de género en el mundo laboral de las trabajadoras sexuales en México” donde analizan treinta situaciones laborales que generaron todo tipo de modalidades de violencia sexista hacia este grupo de mujeres en el país.

A su vez, documenta cómo es que las trabajadoras sexuales perciben su mundo, se les preguntó las condiciones laborales, que se promueven situaciones de violencia de género, así como establecer quiénes son los sujetos que las violentan.

La Brigada hizo referencia a que hoy en día es difícil eliminar estas prácticas de violencia de género, sin la organización autónoma de las afectadas y sin el apoyo de los sectores sociales solidarios, es por eso que solicitaron apoyo a otras organizaciones, medios de comunicación y población para la difusión y llegue a más personas.

En cuanto a los tipos de violencia que han sufrido las trabajadoras sexuales, se dio a conocer las siguientes: Violencia física, lesiones intencionales, Violencia psicológica, maltrato del personal del DIF, negligencias, amenaza de violación, humillación, comparaciones destructivas, entre otros.

Cuando se habla de violencia física tiene que ver con los golpes, empujones que son provocados por la policía en los operativos de detención. Las lesiones van relacionadas con revisión médica o heridas provocadas por su pareja sentimental (fracturas, quemaduras, ahorcamiento, envenenamiento o acuchillar).

Al hablar de violencia psicológica es más el maltrato verbal, descrédito de señalar a una persona con alguna enfermedad, deshornar o menospreciar, a las trabajadoras sexuales y el maltrato del DIF al decir que no valen nada y que son incapaces de cuidar a niños menores de 12 años.

Les niegan una buena atención médica, son amenazadas de violación, humillación en los juzgados, amenazadas para obtener favores sexuales y cobrarles derecho de piso.

Con estos resultados, lo único que pide la brigada es que se tenga la posibilidad de escapar de toda esa violencia y “no estar obligadas a vendernos de ninguna manera”.

Otro indicador que se vuelve violento para las trabajadoras sexuales es la económica, con este problema ejercen un control sobre el cuerpo de la mujer, el cual afecta a su vida y a la de la familia. Esto se ha visto más a causa a la impunidad que se mantiene en el país.

De los treinta indicadores, son veintidós que generan y reproducen violencia hacia las trabajadoras sexuales de México, en poco más de 73 por ciento los responsables de la violencia son servidores públicos dedicados a la salud, defensoría de niñas, niños y adolescentes, seguridad pública, impartición de justicia o defensa de los derechos humanos en instituciones autónomas o comisiones de derechos humanos, señaló el trabajo de la organización.

Los testimonios de las trabajadoras sexuales ayudan a mostrar cómo son los casos de violencia sistémica de la cual el régimen de seguridad ignora su responsabilidad y que a su vez busca garantiza una vida libre de crimen hacia este grupo de mujeres.

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