El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), volvió a rectificar su inconformidad por la destitución de Pedro Castillo como presidente de Perú al considerarla “ilegítima” y producto del “acoso y confrontación” de los sus adversarios.
Dicha inconformidad habría reflejado en el Jefe del Ejecutivo resistencia por reconocer el gobierno ahora encabezado por Dina Boluarte, la ex vicepresidenta peruana que subió a la presidencia tras la salida de Castillo Terrones. Una postura que contrasta con otras naciones, como Estados Unidos (EEUU), que sí reconocieron a Boluarte como la primera presidenta de Perú; tras ser cuestionado en ese tenor, López Obrador contestó que a México “no le gusta el seguidismo”.
“Son varios gobiernos, pero México es México. Somos libres, independientes, soberanos y tenemos una tradición de política exterior y no nos gusta el seguidismo”.
Y si bien - momentos antes - aseguró que la actual crisis política no provocará un rompimiento de la relación México-Perú, el mandatario mexicano pidió “esperar unos días” y evitó asegurar que aún se mantenga una “buena relación” con la administración de Boluarte Zegarra.
“Es lo más adecuado. No es nuestro propósito intervenir en asuntos internos”, aclaró en su conferencia de este 8 de diciembre.
La presunta negativa del tabasqueño obedece a su descontento por la salida y detención de Castillo Terrones, a quien, según él, el Congreso de Perú - y supuestas élites económicas y políticas - lo habría debilitado para finalmente removerlo de su cargo: “Lo fueron debilitando hasta que lograron destituirlo (...) Lo que imagino es que ya tenían todo para destituirlo”, arremetió.
Cabe destacar que la actual crisis suscitó una semana antes que el ex mandatario de Perú recibiera la presidencia de la Cumbre de la Alianza del Pacífico - misma que fue reprogramada para el 14 de diciembre, en Lima, luego que el Congreso prohibiera a Castillo viajar a México, donde se iba a celebrar en un primer momento.
Pese a que es tarea de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) atender el futuro de esta reunión junto a los países miembros (como Colombia, Chile o Argentina), López Obrador consideró imposible retomar la agenda de la Cumbre en Perú por el momento.
“No se puede. No hay condiciones y lo lamentamos mucho. Ahora Relaciones va a tener que decidir. Hay que consultar para ver que se hace: si mantenemos nosotros la presidencia o se entrega a otro país. Ver qué es lo que procede en estos casos”, insinuó.
Sin embargo, - y casi paralelamente - Dina Boluarte aseguraba ante la prensa peruana que su administración espera a AMLO “con los brazos abiertos” para el relevo de la presidencia de la Cumbre de la Alianza del Pacífico. De no ser así, mencionó que ésta podría llevarse a cabo digitalmente, pero sin insinuar la cancelación del evento.
“Esperemos que el presidente AMLO como había ofrecido venir al Perú pueda cumplir. Acá lo vamos a esperar con los brazos abiertos y con el cariño y si no, estaremos haciendo vía zoom la entrega de la presidencia pro tempore”.
🔴EN VIVO | Presidenta Dina Boluarte: “Las relaciones con los países de la región tienen que seguir siendo idóneas. Esperemos que el presidente AMLO, que se había ofrecido venir al Perú, pueda cumplir ello. Aquí lo esperamos con los brazos abiertos”. ►https://t.co/yvOmADXloZ pic.twitter.com/otd1HcB5y6
— TVPerú Noticias (@noticias_tvperu) December 8, 2022
Los gobiernos de Latinoamérica que AMLO reconoció y elogió
Resulta trascendente que la postura de López Obrador - de limitar su pronunciamiento respecto a la designación de Dina Boluarte como presidenta de Perú - evoca a la que adoptó durante el triunfo de Daniel Ortega, en Nicaragua, en enero del 2022.
Pese a que en aquella ocasión afirmó que México estaría presente durante la toma de protesta (señalada por la opinión pública como “ilegítima”) del dictador, se reservó de emitir algún comentario de la jornada electoral que le concedió la reelección a Ortega: “Son las decisiones de los nicaragüenses” comentó.
Esto contrasta con la conducta de Andrés Manuel ante la victoria de otros líderes latinoamericanos, tales como la reciente de Lula Da Silva en Brasil, a la cual AMLO refirió como una garantía de “igualdad y humanismo” para la nación sudamericana.
Mismo caso ante la toma de protesta de su homólogo de Colombia, Gustavo Petro, a quien reconoció como un político conocedor “de la fórmula para enfrentar las minorías conservadoras”, mismas que, advirtió, “estarían muy activas y fuertes”.
De igual modo para Gabriel Boric en las elecciones de Chile. Luego de la noticia, expresó una “inocultable satisfacción y alegría”, tanto así que señaló dicha victoria como “un ejemplo para América Latina y para el mundo”. Dicho orgullo también brotó luego que Xiomara Castillo resultara presidenta electa de Honduras: “Una mujer perseverante y defensora de las causas justas”, reconoció AMLO.
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