Ovidio, Iván, Jesús Alfredo y Joaquín, mejor conocidos como “Los Chapitos”, impusieron un modelo de negocio sin precedenes en la capital de Sinaloa, donde controlan la distribución de drogas y atentan contra todos los que no acaten las nuevas reglas.
El nuevo modelo de negocio consiste en una especie de imitación de las tiendas legales que operan en los estados de EEUU donde la marihuana es legal, pero con fachadas que les permitan operar en la clandestinidad.
Uno de esos negocios se encuentra en la colonia Las Quintas, uno de los barrios más lujosos de Culiacán, y tiene aspecto de autolavado de autos. SIn embargo, en realidad se trata de un local con luces neón donde venden pipas, llaveros, encendedores, cremas, aceites y comestibles con tetrahidrocannabinol (THC), el compuesto psicoactivo de la marihuana.
También venden otras drogas como LSD y crack. La encargada del negocio, una joven que ronda los 20 años de edad, guía a los compradores que no están seguros de lo que quieren y les cobra en efectivo, dólares, bitcoins o transferencias bancarias, de acuerdo con una investigación de Insigt Crime, una organización dedicada al análisis del narcotráfico.
Las autoridades han identificado al menos 18 dispensarios en Culiacán, el bastión del Cártel de Sinaloa donde “Los Chapitos” ostentan el poder de todo el mercado ilegal de enervantes. Algunos se encuentran atrás de la Catedral, otros junto a la Universidad Autónoma de Occidente y otros cerca de la parroquia Espíritu Santo.
Ninguno es identificable a simple vista, pues todos se hacen pasar por negocios lícitos de distintos giros. La droga la venden en diferentes empaques con etiquetas de personalidad públicas del mundo del espectáculo y la política.
Sin embargo, hay una etiqueta que destaca del resto. Tiene la forma de una caricatura de un ratón con un moño azul o rojo. Se trata nada menos que del símbolo representativo de Ovidio Guzmán López, el hijo del Chapo Guzmán que protagonizó el Culiacanazo.
Consumidores dijeron a Insight Crime que “Los Chapitos” umpusieron una forma diferente para controlar la venta de droga en la capital sinaloense . Antes, detallaron, existía un libre mercado donde se podía comprar o vender la mercancía al mejor postor, ya fuera uno u otro proveedor. Lo que importaba era competir, pues predominaba la oferta y demanda.
“Antes de que llegaran los Chapitos podías venderle [marihuana] a varios, pero ahora te dicen a quién venderle y a quién no. Si le vendes a otro te levantan o te tablean”, aseguró un entrevistado.
Objetivos prioritarios de EEUU
Los cuatro hijos de Joaquín Guzmán, conocidos como “Los Chapitos”, se han convertido en objetivos prioritarios de las autoridades de Estados Unidos al ofrecer 20 millones de dólares por información que permita su captura.
La organización de los cuatro “Chapitos” cuenta con al menos 5 mil hombres armados y controla el trasiego de drogas en la zona norte de Sinaloa, el poniente de Sonora y la totalidad de los estados de Nayarit, Chihuahua y Baja California Sur, según la Fiscalía General de la República (FGR).
Iván Archivaldo Guzmán Salazar, Jesús Alfredo Guzmán Salazar, Ovidio Guzmán López y Joaquín Guzmán López han sido identificados por el Gobierno estadounidense como “prolíficos narcotraficantes” dentro del Cártel de Sinaloa.
Todos, según las autoridades estadounidenses, “son miembros de alto rango del cártel de Sinaloa y cada uno está vinculado a una acusación federal por su participación en el tráfico ilícito de drogas”.
Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, exlíder del cartel de Sinaloa, fue extraditado de México a Estados Unidos el 19 de enero del 2017 y condenado a cadena perpetua el 17 de julio de 2019 en un Tribunal Federal de Nueva York.
Actualmente cumple su condena en una prisión de máxima seguridad en Colorado.
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