La madrugada del pasado 28 de noviembre la ciudad fronteriza de Nuevo Laredo, Tamaulipas, vivió una jornada de tiroteos, bloqueos, persecuciones e incendios de vehículos que paralizaron la calles y aterrorizaron a la población.
Los ataques, que derivaron en enfrentamientos entre sicarios del Cártel del Noreste (CDN) y el Ejército mexicano, se produjeron como una respuesta a la detención de Heriberto Rodríguez Hernández, alias “El Negrolo”, identificado como jefe de plaza en Camargo, Tamaulipas.
La detención de “El Negrolo”, al igual que la aprehensión de Juan Gerardo Treviño Chávez, “El Huevo”, que también desencadenó una jornada caótica y violenta en Nuevo Laredo, supuso un golpe más al Cártel del Noreste, una ecisión de los ya extinguidos Zetas.
En Nuevo Laredo, un punto fronterizo de gran valor para el narco, operan grandes organizaciones como el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), el Cártel del Golfo, Los Metros, Zetas Vieja Escuela y el CDN.
El escenario siguiente a la aprehensión de “El Negrolo”, según los expertos, podría ser un intento del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) por apoderarse de las rutas de tráfico hacia los Estados Unidos.
Más aún, los despliegues del Cártel del Noreste del lunes pasado bien pudieron tratarse de un intento por evitar una respuesta violenta de sus rivales, analizó Insight Crime, una organización especializada en narcotráfico internacional.
Dichas acciones coordinadas pudieron estar pensadas para mostrar, señaló el medio, que a pesar de los arrestos de cabezas importantes dentro de la organización, el grupo criminal sigue teniendo la capacidad de fuego suficiente para paralizar la ciudad y, de ser necesario, causar perjurios a la sociedad.
“Yo no estoy a favor de que entre más los desmantelas más se debilitan”, declaró la investigadora de la Universidad Iberoamericana y experta en los grupos criminales de Tamaulipas, Marisol Ochoa.
“Lo que hemos visto es que entre más los desmantelan, van creando mayores capacidades de desestabilización. Esto no quiero decir que pueden controlar los territorios de facto, pero si pueden llegar a desestabilizar los lógicas políticas, económicas y sociales en segundos”, detalló la experta.
De cualquier forma, el escenario más factible es un incremento de la violencia por los rivales del CDN que buscarán tomar el control de Nuevo Laredo. Tener el dominio de la ciudad supone tener bajo control el puente fronterizo hacia Laredo, Texas, es decir, todos los negocios criminales que ello implica.
El tráfico de armas y migrantes han sido los protagonistas en Nuevo Laredo, pero las drogas sintéticas como el fentanilo también van ganando terreno.
Las sobredosis del opioide sintético en Laredo han aumentado hasta 100 % año con año. Incluso el propio “Negrolo” llevaba una bolsa con la droga al momento de su arresto. En 2021 los decomisos de fentanilo en los puntos de ingreso a Estados Unidos en el sur de Texas crecieron en más de mil por ciento, según el Servicio de Aduanas y Protección de Fronteras de Estados Unidos.
“Yo sí creo que [el CDN] van a buscar rearticular alianzas o al mismo tiempo van a tratar de evitar que otros grupos puedan llegar a sus propios espacios de interés. Ellos van a luchar por el territorio”. advirtió Ochoa.
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