Desde su detención el 19 de agosto pasado, Jesús Murillo Karam ha viajado desde la prisión hasta los hospitales una y otra vez debido a múltiples complicaciones médicas
De acuerdo con su abogado, Javier López García, tanto la defensa legal como la familia del exprocurador de justicia implicado en el Caso Ayotzinapa habían advertido la necesidad de monitorear su salud de manera permanente, pues las enfermedades que le han sido diagnosticadas lo han puesto en riesgo varias veces.
Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), hipertensión arterial sintética e insuficiencia vascular cerebral son los padecimientos que, continuamente, han comprometido al exfuncionario que fue detenido por los delitos de desaparición forzada, tortura y contra la administración de justicia.
Desde el inicio de su proceso judicial se anticipaba que las enfermedades podrían ser utilizadas por sus abogados para que Murillo Karam abandonara la cárcel y permaneciera en un hospital privado, pues intentaron aplicar esa estrategia durante sus comparecencias.
La EPOC provoca, de manera concreta, que el aire no circule adecuadamente en los pulmones, por lo que se generan problemas relacionados con la respiración.
El humo del tabaco, la exposición a contaminantes aéreos, factores genéticos e infecciones respiratorias son algunas de las causas más comunes para el desarrollo de esta afección que exige una constante medición de la función pulmonar.
En el caso del extitular de la extinta Procuraduría General de la República (PGR), quien hoy tiene 74 años, se presume que la EPOC fue ocasionada por tabaquismo.
Tal enfermedad fue la que despertó la primera alerta tras su detención, ya que 13 días después de haber sido capturado e ingresado al Reclusorio Preventivo Varonil Norte, Murillo Karam salió para una revisión en el Hospital General Balbuena, en donde le realizaron una tomografía de tórax para darle seguimiento a su estado de salud. Posteriormente, regresó al penal.
La hipertensión arterial, como su nombre lo advierte, implica un aumento en la presión con la que el corazón bombea la sangre a las arterias que recorren todo el cuerpo.
Dicho padecimiento fue lo que provocó que en octubre Murillo Karam saliera nuevamente del Reclusorio Norte y fuera ingresado al Hospital General de Xoco, en la alcaldía Coyoacán. El día 19 de aquel mes fue internado en el nosocomio por sus altos niveles de presión arterial, así como de colesterol y triglicéridos.
Después de su visita a la unidad médica de Coyoacán, Murillo Karam fue trasladado al Instituto Nacional de Cardiología, en Tlalpan, en donde le realizaron estudios adicionales ese mismo día.
Se tenía contemplado que el exprocurador regresara a los muros del Reclusorio Norte para continuar con la prisión preventiva dictada en su contra, pero el 22 de octubre trascendió que había sido sometido a una cirugía de emergencia en ese mismo Instituto.
Un par de días después, su representante legal explicó que el procedimiento que se le practicó de urgencia fue una endarterectomía carotídea de alto riesgo.
Esta cirugía consiste en la eliminación de depósitos de grasa y coágulos de sangre en las paredes de la arteria carótida. Generalmente se lleva a cabo en personas que han sufrido un estrechamiento de la arteria que suministra sangre al cerebro.
Después de tal procedimiento, Murillo Karam entró a terapia intensiva y permaneció internado dos semanas en el Instituto. Cuando abandonó dicha unidad médica no regresó al reclusorio, sino que fue ingresado al Hospital de Especialidades Belisario Domínguez, en la alcaldía Iztapalapa.
Ahí permaneció desde el 3 de noviembre hasta el día 30 de este mismo mes. Y aunque la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSPC) informó que su estado de salud había mejorado, se descartó su retorno a prisión, pues es necesario mantener su tratamiento.
Por tal motivo, Murillo Karam arribó a la Torre Médica del Centro de Reinserción Social de Tepepan, en donde personal de la salud le dará seguimiento a sus padecimientos. Será dicho complejo en donde el exprocurador y autor de la llamada “verdad histórica” pase sus noches hasta nuevo aviso.
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