Omar García Harfuch es el jefe de la Policía Capitalina, y uno de los hombres que mayor popularidad ha alcanzado en los últimos meses en la política. Es Secretario de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México (SSC-CDMX) desde octubre del 2019, hace poco más de tres años.
Ha dado duros golpes a bandas delincuenciales que operan en la capital del país, como son La Unión Tepito; el grupo Anti Unión; el Cártel de Tláhuac, entre otros más. Estos golpes y el debilitamiento de algunas células delictivas a raíz de la detención de sus líderes, ocasionaron que en junio del 2020 sufriera un atentado en una de las avenidas más importantes del país, Paseo de la Reforma, supuestamente por parte del Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG), en donde solamente resultó lesionado pese a que el vehículo en el que viajaba recibió más de 300 impactos de bala de grueso calibre.
En su columna de este miércoles, el periodista Carlos Loret de Mola habla precisamente del titular de la SSC-CDMX. En el texto titulado Un problema llamado Harfuch, el columnista explica que a García Harfuch, las encuestas lo colocan como el mejor posicionado para la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, algo que representa un grave problema para la oposición, pero también para Morena.
Loret de Mola dice en su texto que el problema para Morena en torno a Harfuch, es que este último no es de los que ellos consideran “puros”, pues no es militante del partido fundado por el presidente López Obrador; tampoco viene del obradorismo más recalcitrante, ni estuvo años con la izquierda en la lucha por el poder. Por el contrario, explica, García Harfuch es un policía de carrera que trabajó para el gobierno del expresidente Felipe Calderón Hiniojosa y escaló a posiciones del más alto rango con el priista Enrique Peña Nieto.
En la columna se lee que los morenistas más radicales lo señalan por supuestamente pertenecer a la escuela de Genaro García Luna, exjefe de la Policía Federal durante el mandato de Calderón, y quien ahora se encuentra encarcelado en Estados Unidos. También lo han atacado porque la investigación del propio gobierno de López Obrador sobre la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa lo involucran en el caso. “Quizá el primero que ve a Harfuch con recelo es el propio presidente de México: cuando fue víctima de un brutal atentado, el presidente no lo visitó en el hospital y se refirió con frialdad al asunto en la conferencia mañanera”, se lee.
Loret menciona que los que mandan en Morena no quieren a Harfuch, quien es su mejor ficha, hasta el momento, para la Ciudad de México. Además, explica, los “duros” prefieren a Rosa Icela Rodríguez, actual secretaria de Seguridad federal e íntima amiga de López Obrador, así como a Martí Batres o Clara Brugada, y aunque Harfuch es el funcionario consentido de la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum, no está claro si tan consentido para hacerlo su sucesor. “En cualquier caso, ella podrá opinar, pero la decisión es del presidente. Así que la posición de García Harfuch en las encuestas lo ha metido en un aprieto”.
Loret menciona que es obvio que el jefe de la policía de la Ciudad de México también es un gran problema para la oposición, pues trabaja en el gobierno al que quieren vencer y va arriba en las encuetas, pero si llega a ser el candidato morenista en la capital, es capaz de hablarle a un sector de la sociedad que la oposición considera que tiene en la bolsa. Y es que Harfuch no se ha confrontado con alcaldes de la oposición, ha mantenido una posición política discreta y enfocada en temas policiacos, no está peleado con las clases medias ni mucho menos con los empresarios, quienes incluso podrían apoyarlo en su campaña, pues con muchos lleva una gran relación, a raíz de sus funciones de brindar seguridad en la ciudad en zonas donde viven algunos de los más acaudalados hombres de negocios del país que suelen pedirle ayuda.
La columna concluye diciendo que por el perfil de Harfuch, parece más un candidato de un partido de oposición que de Morena, sin embargo, trabaja en el gobierno de este partido. “Eso abre el abanico para él, si decide coquetear con ambas esquinas. Pero complica las decisiones para los dos lados”.
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