Luego de cinco años de estrenar su último largometraje, el cineasta Alejandro González Iñárritu regresó a su país natal para filmar su más reciente película: Bardo (o falsa crónica de unas cuantas verdades), la cual fue grabada en algunos de los lugares más emblemáticos de la Ciudad de México, como el Zócalo capitalino.
Y es que entre las escenas oníricas del filme, hay algunas que se realizaron en el Museo Nacional de Historia que se encuentra en el Castillo de Chapultepec, recinto que fue escenario de algunas batallas durante la invasión estadounidense a mediados del siglo XIX.
Debido a su importancia histórica, Iñárritu escogió este espacio para filmar algunas tomas de Bardo. Para ello, se solicitó un permiso de 8 días para realizar las grabaciones, dio a conocer el subdirector admnistrativo del Castillo de Chapultepec, Asgard Torres Esperanza.
Sin embargo, no se efectuó ningún pago para obtener dicho permiso, pues la productora de la película, Limbo Films, únicamente depositó cierta cantidad de dinero para los ochos días de grabación, según documentación obtenida por Forbes México.
En total se pagaron 97 mil 192 pesos para que el director mexicano pudiera grabar en el Castillo de Chapultepec. El dinero se depositó a la “caja recaudadora” del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) con base en las tarifas del 2021. En un primer momento se envió una solicitud a la Coordinación Nacional de Asuntos Jurídicos para filmar los días 12, 13, 19, 20, 26 y 27 de abril de 2020.
Pero en ese tiempo se mantenían las medidas preventivas sanitarias debido a la pandemia por COVID-19, por lo que se tuvo que modificar la planeación de la producción, comentó el director de Asuntos de lo Consulivo del INAH, Enrique A. Álvarez Tostado.
Ante ello, se mandó una segunda solicitud para establecer nuevas fechas de rodaje. De esta manera, fue del 12 al 19 de marzo de 2021 cuando Iñárritu pudo disponer de las instalaciones del Castillo de Chapultepec para grabar su séptimo largometraje, en un horario de las 9:00 a las 17:00 horas. Entre los espacios usados destaca el Jardín de las Pérgolas, la fuente del Chapulín y la escalera principal del Museo Nacional de Historia.
Con el fin de evitar daños al recinto, la productora Limbo Films tuvo prohibido realizar trabajos de perforación o construcción, por lo que las estructuras tenían que conservarse en su estado original. Lo anterior también ocasionó que no se pudieran ocupar grúas y rieles sobre los techos o paredes del Museo.
Además del Castillo de Chapultepec, la producción de Bardo realizó unas escenas en la colonia Roma, en los Estudios Churubusco, en el salón de baile California Dancing Club, en la calle Isabel la Católica y en la plancha del Zócalo capitalino, todos ubicados en la Ciudad de México. Además, se grabaron unas tomas en los estados de Baja California Sur y San Luis Potosí.
El largometraje tiene una duración de tres horas aproximadamente y está protagonizado por Daniel Giménez Cacho, Ximena Lamadrid, Andrés Almeida y Omar Leyva. La historia cuenta el regreso de un periodista mexicano a su país natal después de 20 años, lo que le traerá viejos recuerdos que se mezclarán con escenas oníricas.
La cinta fue presentada en el Festival de Venecia en septiembre pasado, pero también llegará al catálogo de Netflix a partir del 16 de diciembre.
SEGUIR LEYENDO: