En el marco de conmemoración por el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, familiares y amistades de mujeres víctimas de feminicidio se dieron cita en el Ángel de la Independencia para llevar a cabo una manifestación y recordar a todos esos casos que han quedado sin resolver.
Entre los casos que llamaron la atención, fue el de José Suárez, a quien feministas le gritaron “¡No estás solo!”, pues cabe recordar que su hija Diana Suárez fue asesinada el 31 de diciembre de 2010, es decir hace 12 años. Fue víctima de feminicidio a manos de su entonces paraje, Gilberto Campos, mismo que la apuñaló en repetidas ocasiones.
A pesar de que las amenazas que le había hecho a la joven fueron denunciadas, nunca fueron tomadas en serio, por tal motivo, su padre estudió leyes para poder apoyar a su hija y hacer justicia en su nombre.
José había acompañado a su Diana hasta el Ministerio Público (MP) cuando fue atacada a golpes por su pareja, sin embargo paso desapercibido su caso, en el momento en que fue asesinada la joven, su progenitor, a falta de recursos, decidió estudiar derecho para poder convertirse en el defensor de la muerte de su hija.
Asimismo, se apreció la presencia de una de las amigas de Ariadna Fernanda, quien fue asesinada en la Ciudad de México. Portando una cartulina morada con una foto en blanco y negro de su amiga, exigiendo que su caso no que impune: “Justicia para Ari. México feminicida”, decían las letras negras del papel.
El contingente que salió de la Glorieta de Insurgentes fue encabezado por las madres y familias de las víctimas, quienes a pesar del tiempo, siguen luchando para que se haga justicia. Mientras tanto, otro contingente de mujeres se reunió para alzar la voz: “¡Ningún violador en las calles!, ¡Justicia para todas las niñas!”, acompañadas de paliacates morados, flores, cruces con nombres de familiares fallecidos y pancartas con leyendas como: “Vivas nos queremos”, “México feminicida” y “Ni una más”, fueron algunas frases que se pudieron leer.
La madre de Pamela Gallardo, una joven de 23 años de edad, quien desapareció hace cinco años en la CDMX al asistir a un concierto en la zona del Ajusto en 2017, encabezó uno de los contingentes y se le escuchó corear: “¡Las mujeres que asesinaste no morirán!, ¡No morirán!”.
Cuando su madre denunció su desaparición, destacó que su hija era una persona trabajadora y que su sueño era ahorrar para poder pagar sus estudios universitarios, era una mujer sociable y carismática que ya no volvió a su hogar y que no se sabe hasta el momento si sus anhelos se apagaron.
Durante el avance de la marcha se detectó la presencia de un colectivo anarquista, a quienes les decomisaron 20 botellas de vidrio y aproximadamente cuatro litros de gasolina. Hubo una pequeña riña entre algunos elementos policiales y feministas al llegar al Zócalo, el cual dejó dos policías lesionadas, sin embargo no fue de gravedad y la protesta continuó normalidad.
También se registró un incidente con un ciclista que presuntamente le aventó su bicicleta a una joven, entre varias asistentes lo golpearon y la bici quedó abollada, al igual que la riña anteriormente mencionada, no pasó a mayores.
Al encontrarse en el Zócalo capitalino, todos los contingentes corearon frases en las que exigieron seguridad, colocaron pancartas en el suelo y recordaron en voz alta el motivo por el cual se manifestaron, a su vez, mencionaron los casos que aún se están impunes y que merecen ser esclarecidos.
Fue una marcha que estuvo llena de sororidad y espíritu de lucha, ya que asistieron mujeres adultas, jóvenes y niñas pertenecientes a todas las comunidades, quienes salieron a exigir que se erradique la violencia que se vive en el país, para que puedan sentirse seguras y sin temor de no volver a sus hogares.
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