La semana pasada el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos sancionó a los líderes de la “Familia Michoacana”, los hermanos Hurtado Olascoaga, por considerarlos en “riesgo significativo” para EEUU, específicamente en el tráfico de fentanilo.
Sin embargo, las autoridades estadounidenses habrían pasado varios puntos importantes por alto en términos de contrabando y comercialización de dicho opioide desde México.
Los hermanos Johnny, “El Pez”, y José Hurtado Olascoaga, “El Fresa”, fueron señalados en EEUU por estar cada vez más presentes en el tráfico de fentantilo arcoíris, a pesar de que son más los grupos mexicanos que están detrás del opioide 100 veces más fuerte que la morfina y unas 50 veces más fuerte que la heroína.
Se sabe, por ejemplo, que las dos organizaciones más fuertes del país, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el Cártel de Sinaloa, producen en masa drogas sintéticas como el fentanilo y la metanfetamina.
La mayor parte de los laboratorios clandestinos incautados en la actual administración del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) han sido localizados en el estado de Sinaloa, que es precisamente el bastión del cártel comandado por los hijos del “Chapo” Guzmán y el “Mayo” Zambada.
Familia Michoacana no tiene presencia en Sinaloa
En dicho estado, pese a las advertencias de las autoridades estadounidenses y las recientes sanciones contra sus líderes, la “Familia Michoacana” no tiene presencia.
Los hermanos Hurtado Olascoaga, quienes se han asentado más fuerte en otras entidades como el Estado de México, Guerrero y Michoacán; incluso fueron señalados de estar cada vez más presentes en el tráfico de fentanilo arcoíris, una nueva presentación del opioide que ha sido dada a conocer recientemente.
Autoridades de la agencia antidrogas estadounidense (DEA, por sus siglas en inglés) calificaron el cambio en el color de las pastillas como una estrategia astuta de lo narcos para atraer a los usuarios más jóvenes.
“No es una herramienta de marketing para niños. Los traficantes sólo están reproduciendo las estrategias clásicas para distinguir su producto de otras drogas”, afirmó a la organización experta en narcotráfico Insight Crime, Jaime Arredondo, profesor de la Universidad de Victoria e investigador del Instituto Canadiense de Investigación sobre el Uso de Sustancias.
En los últimos años el fentanilo ilícito ha provocado muertes por sobredosis en Estados Unidos, sobre todo porque los consumidores creeían que estaban tomando píldoras de oxicodona M30, también conocidas como “blues”, cuando realmente se trataba de fentanilo.
Consumidores ya piden fentanilo en EEUU
Entonces la crisis del fentanilo se caracterizaba en gran medida porque los usuarios desconocían que el fentanilo venía oculto en otras drogas como la heroína, la cocaína, la metanfetamina y las pastillas falsificadas de oxicodona.
No obstante, debido a que algunos consumidores de drogas en EEUU empiezan a pedir fentanilo directamente, a sabiendas de que quieren consumir dicha droga, los nuevos cambios de colores actuán como identificadores del producto.
En los últimos tiempos ha evolucionado a tal grado el mercado de fentanilo, alimentado principalmente por los cárteles mexicanos, que los consumidores estadounidenses ya le han puesto un nuevo apodo: “Fetty”.
Además, los colores hacen más difícil que los traficantes estadounidenses mezclen el fentanilo ilícito con drogas blancas en polvo, como lo venían haciendo anteriormente.
Fue a mediados de la década pasada cuando el fentanilo se empezó abrir paso en los Estados Unidos, siendo en aquel entonces la costa este la más afectada.
No obstante, conforme fue pasando el tiempo la epidemia se fue trasladando cada vez más hacia el oeste, aunque por entonces rara vez en fentanilo se vendía como tal, más bien se mezclaba con heroína, metanfetamina y cocaína.
La falta de un apodo para la droga en aquellos años evidenció, o por lo menos respaldó, la idea de que no se trataba de una epidemia impulsada por la demanda, pero el panorama ya cambió y para México también ya representa una amenaza.
Los estados que más padecen esta nueva crisis de salud son los que se encuentran en el noroeste de la república, particularmente Baja California y Sinaloa.
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