“Viviendas para vivir no para invertir”: jóvenes y colectivos de la CDMX se manifestaron en contra de la crisis inmobiliaria

Después de que se diera a conocer el acuerdo del gobierno de la Ciudad de México con Airbnb para promocionar el “turismo creativo” en la capital del país, diferentes colectivos en defensa por el derecho a la vivienda salieron a manifestarse frente a las instalaciones de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda (SEDUVI).

Entre algunas de sus exigencias se encontraron elaborar un plan estratégico que contemple el derecho a garantizar una vivienda adecuada y asequible, aprobar una Ley Inquilinaria, hacer público el acuerdo con la UNESCO y Airbnb, así como suspender cualquier avance de dicha alianza.

De acuerdo con Máximo Jaramillo, uno de los integrantes del colectivo Gatitos contra la desigualdad, en la actualidad la capital mexicana enfrenta un proceso de financiarización en el cual las viviendas ya no son consideradas como un lugar para existir, sino que son vistas como activos financieros. Por lo que los empresarios, al guiarse por la “oferta y la demanda” crean una burbuja inmobiliaria donde los más afectados son los jóvenes, las personas indígenas y población de la tercera edad.

“La realidad es que sabemos que lograr tener una vivienda en la CDMX es algo cada vez más difícil (...) No nos vamos a quedar callados al no poder pagar una vivienda, cuando vemos que las rentas suban cada vez sin que las personas puedan llegar a ellas”, expuso Jaramillo.

Así mismo, en el comunicado, se manifestó que desde el 2005 la renta de las viviendas ha incrementado en un 235%, cifra muy superior al porcentaje de inflación que es del 64%. Este aumento se ha presentado en toda la ciudad, pues actualmente los inmuebles de la Zona del Valle de México cuestan en promedio más de tres millones de pesos, cantidad que sólo puede ser pagada por el 4.7% de la población, según los datos presentados por el colectivo.

Por su parte, la investigadora y activista en temas de vivienda, Carla Escoffié, mencionó que este problema no es sólo es una cuestión de la CDMX, pues lugares como Tijuana, Monterrey, Yucatán, Oaxaca, y Estado de México también sufren las consecuencias de la turistificación, la gentrificación, la burbuja inmobiliaria, así como los despojos de sus hogares y tierras.

“Tenemos que hacer solidaridad con la gente de Tijuana que está enfrentando rentas en dólares y abusos del sector inmobiliario, (...) nos tenemos que solidarizar con la gente de Chablekal, Yucatán que por culpa de la burbuja inmobiliaria ya no tienen ni territorio para enterrar a sus muertos. Nos tenemos que solidarizar con la gente Oaxaca que el turismo y la turistificación los está expulsando del centro de la ciudad”.

De igual forma, Escoffié explicó que la política de vivienda es en realidad un régimen inmobiliario que sólo provoca la construcción de Mitikah, proyectos turísticos o los acuerdos con empresas con Airbnb. Detalló que este es un problema de escala nacional y que hasta hoy los ciudadanos de la CDMX se han dado cuenta de que las legislaciones de arrendamiento de la capital mexicana son las peores del país.

“Lo que ocurre de Tijuana a Chetumal es por culpa de 50 años de una política de vivienda que se centró en darnos créditos hipotecarios a través de dos instituciones (...) Lo que estamos viendo son las grietas de esta política de vivienda que en realidad es una política inmobiliaria”.

Por otro lado, integrantes del colectivo Alianza Mexicana de Organizaciones Residentes (AMOR) denunciaron que el titular de la SEDUVI, Pablo Tomás Benlliure, ha privilegiado a empresarios para adquirir departamentos de interés social y del Instituto de Vivienda de la CDMX (INVI), espacios que fueron planeados para los grupos más vulnerables de la metrópoli y los cuales ahora son usados por los la élite para rentarlos en la plataforma de Airbnb.

Lorena Garcia, coordinadora del colectivo, explicó para Infobae México que con el anuncio de la alianza entre el gobierno de la CDMX, UNESCO y Airbnb, Claudia Sheinbaum demostró que está más interesada en cumplir “los acuerdos que tiene con millonarios, sin considerar que se requiere tierra para la gente humilde”, así como los efectos de este tipo de alianzas.

“Con la mano en la cintura nos quieren venir a despojar, nosotros no les estamos pidiendo nada regalado, al contrario, nosotros hemos invertido nuestro dinero.(...) No porque venga el turista, nos quieran sacar a nosotros que necesitamos de una vivienda”, explicó una de las integrantes de AMOR.

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