Durante la audiencia de su vinculación a proceso, Pedro “N”, identificado como el conductor del taxi del que se arrojó Lidia Gabriela por temor a ser secuestrada, trató de justificarse y deslindarse del feminicidio de la joven.
En su defensa, el imputado argumentó que “no escuché los gritos de auxilio” de la víctima de 23 años debido a que “tenía la música con un volumen muy alto” y sostuvo que él no habría tenido responsabilidad en la muerte de Lidia Gabriela.
De acuerdo con un recuento de las declaraciones compartido por la periodista Azucena Uresti, Pedro “N” dijo que al llegar al destino del viaje, que era el Metro Constitución de 1917, la joven de 23 años se habría negado a pagar la tarifa, por lo que él decidió seguir manejando.
Después de eso, según sus declaraciones, Lidia Gabriela habría intentado salir del vehículo en movimiento a través de la ventana y habría caído tras una brusca maniobra del conductor.
Dos semanas, tres detenidos y múltiples versiones
Fue el pasado 1 de noviembre cuando Lidia Gabriela Gómez Barrientos abordó un taxi alrededor de las 17:00 horas en la colonia Las Peñas de la alcaldía Iztapalapa. Minutos después, al salir del vehículo, su cabeza se estrelló contra el suelo y perdió la vida.
Han pasado dos semanas desde aquel lamentable suceso y el caso, hasta este día, ha estado lleno de inconsistencias y contradicciones.
En primera instancia, la Fiscalía General de Justicia de la ciudad de México (FGJCDMX) detuvo a un primer sospechoso a quien identificaron como Fernando “N”, que aparentemente manejaba el taxi del que salió la joven. Sin embargo, el sujeto era en realidad su hermano Federico “N”.
Luego, las autoridades capitalinas capturaron a Fernando “N”, a quien señalaron como el verdadero chofer de la unidad. Recientemente, la noche del 14 de noviembre, la Fiscalía detuvo a Pedro “N”, supuestamente hijo de Fernando “N” y Federico “N”, quien sería en realidad la persona que conducía el taxi aquel día.
Según las primeras versiones, Fernando “N” y Federico “N” habrían intentado encubrir a Pedro “N” para evitar cualquier proceso judicial en su contra.
Además de esto, las circunstancias bajo las cuales ocurrió el sensible fallecimiento de Lidia Gabriela también han tenido versiones distintas. En un primer momento se había establecido que la joven, luego de que el conductor no la dejara bajar en el Metro Constitución de 1917, comenzó a pedir auxilio a la gente de los alrededores y, posteriormente, se arrojó del automóvil mientras este circulaba.
No obstante, los más recientes avances de la investigación sugieren que la joven no se habría arrojado del taxi de manera voluntaria, sino que su caída habría sido provocada por Pedro “N”.
De acuerdo con los testimonios y declaraciones recabadas por la institución, luego de que Pedro “N” no dejara bajar a Lidia Gabriela en la referida estación del Metro, este continuó circulando sobre la Calzada Ermita Iztapalapa.
Por temor a un posible secuestro, Lidia habría asomado gran parte de su cuerpo por la ventana de la puerta para pedir auxilio a las personas que transitaban por dicha vialidad y, tras un movimiento brusco del vehículo cuando Pedro “N” intentó cambiar de un carril a otro, cayó al suelo.
El juez de control encargado de este caso fijó cuatro meses para la investigación complementaria por el delito de feminicidio con dolo eventual. Durante ese tiempo, Pedro “N” permanecerá en prisión preventiva oficiosa. Por su parte, la FGJCDMX se encargará de llevar a la hermana y madre de Lidia Gabriela a la capital del país, pues viven en Tampico, Tamaulipas.
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