Una botella de whisky y una lista con nombres podría ser la pista que termine por ligar a uno de los narcotraficantes más afamados del último siglo, Joaquín Guzmán Loera, con un ex funcionario que actualmente es juzgado en Estados Unidos, Genaro García Luna.
García Luna fue detenido en Texas en 2019 por sus presuntos vínculos con el Cártel de Sinaloa, fundado y liderado —entre otros— por Joaquín El Chapo Guzmán. Desde su arresto, las autoridades estadounidenses se dieron a la tarea de buscar y encontrar a testigos que pudieran exhibir las relaciones del ex funcionario federal con el crimen organizado.
La intención de la justicia del país vecino era dar con gente del círculo más íntimo del político o de jefes criminales que dieran fe de los nexos entre líderes narcotraficantes y quien fuera el secretario de Seguridad Pública durante la administración de Felipe Calderón. Así lo reveló el periodista especializado en narcotráfico, Óscar Balderas para MVS.
Uno de esos “fantasmas de carne y hueso” fue identificado por la CIA en 2018 como Jaime Haz, un hombre experto en whisky y otras bebidas alcohólicas, que perteneció al grupo más cercano de El Chapo, como también lo fue su cocinera personal, Ofelia Contreras o Felipe De Jesús Corona, el arquitecto que hizo los túneles del sinaloense.
Jaime Haz, el cantinero personal del Chapo, el sommelier, tenía por tarea servir los mejores whiskys al capo, pues ésta es su bebida favorita. De acuerdo con la CIA consultada por MVS, su botella favorita era Buchanans, en particular las ediciones especiales que le hacían llegar políticos poderosos mexicanos.
Como parte del trabajo de Haz estaba el recibir las botellas que gobernadores, alcaldes, diputados y políticos de los tres niveles de gobierno le hacían llegar al capo en cada cumpleaños, mientras él se encontraba en la cúspide de su poder. Era deber del sommelier anotar quién enviaba la botella y escoger sólo las mejores para Guzmán Loera.
De esto modo, cada año el sinaloense recibía cientos de botellas y Jaime Haz se encargaba de tomar nota; entre los remitentes, la CIA cree que se encuentra el nombre de Genaro García Luna. Pero no sólo el suyo, pues dicha lista sería la pieza clave con la que se puedan juzgar a decenas de políticos mexicanos que estuvieron involucrados con uno de los narcos más peligrosos del mundo.
Sin embargo, actualmente Jaime Haz —cuyo nombre podría ser sólo un pseudónimo— es prófugo de la justicia y el único que puede dar con el registro secreto de “los amigos” o, mejor dicho, de los beneficiarios políticos de El Chapo Guzmán, y en donde quedó plasmado el nombre de la botella y las botellas que posiblemente hizo llegar García Luna a Guzmán Loera, lo que probaría sus nexos, señaló Óscar Balderas.
Entre tanto, el gobierno de Estados Unidos sostiene tener pruebas que relacionan a Genaro García Luna con el crimen organizado, al menos, desde 2001 hasta el 2018; es decir, durante 17 años, pasando por tres periodos presidenciales: Vicente Fox (2000-2006), Felipe Calderón (2006-2012) y Enrique Peña Nieto (2012-2018), y a pesar de haber terminado su gestión en la administración pública federal.
Sin embargo, la defensa legal del ex secretario de Seguridad se ha empeñado en desestimar las pruebas en su contra, aseverando que a partir del 2012 no fue posible que haya podido recibir protección institucional, entre otras cuestiones.
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