El abanico de actividades ilícitas que lleva a cabo el Cártel Santa Rosa de Lima (CSRL), además del trasiego de drogas, también incluye el robo de combustible, mejor conocido como “huachicol”. Derivado de estos actos criminales, el sanguinario grupo recaudaba millones de pesos diarios, según documentos filtrados de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
Lo anterior forma parte de los archivos que se difundieron tras el hackeo del grupo Guacamaya a la dependecia encabezada por el general Luis Cresencio Sandoval. El documento en cuestión fue titulado “Análisis Estructural caso Thor”, en el que se detalla la cantidad de hidrocarburos que eran extraídos ilegalmente, el precio aproximado al que se vendía y el dinero recaudado por ello.
En 2020, los integrantes del CSRL dedicados al huachicol extraían hasta 200 mil litros diarios de combustible por cada toma clandestina en Guanajuato, según se señala en el reporte de la Sedena al cual tuvo acceso Milenio. Sin embargo, no operaban solos, pues se presume que funcionarios de Petróleos Mexicanos (Pemex) también estaban coludidos en este negocio criminal.
En el documento se indica que el grupo delictivo vendía en 9 pesos el litro de gasolina, aproximadamente. En México, el promedio es de 22 pesos, según la gasolinera y el estado donde se compra. Es decir, que ofrecía el combustible en menos de la mitad del precio original, lo que aumentaba su demanda.
Derivado de estas actividades, el CSRL generaba alrededor de 1 millón 800 mil pesos cada día en 2020. Las ganancias obtenidas se ocupaban para la compra de armas de fuego, equipo táctico y pago a las autoridades corrompidas que permitían al grupo operar con facilidad.
En un primer momento, este grupo del crimen organizado cooptaba a funcionarios de Pemex para que tuvieron acceso a las instalaciones y así llenaban las pipas de combustible. Posteriormente el método fue cambiando hasta que optaron por la perforación de ductos provenientes de la refinería, detalló el analista de seguridad, David Saucedo, al medio referido con anterioridad.
La mayoría de los que adquirían el hidrocarburo robado eran empresarios dedicados al transporte y construcción, agregó Saucedo, aunque la gasolina también se vendía a nivel local en carreteras de Guanajuato. Posteriormente se extendió a varios municipios de Michoacán y Querétaro.
Agregó que en Michoacán, por ejemplo, el CSRL mantenía negocios con el cártel de Los Viagras. Los primeros los abastecían con hidrocarburos a cambio de metanfetamina azul, pues la blanca está a cargo del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
La colusión de funcionarios de Pemex en el huachicol ya se había dado a conocer en otros documentos filtrados de la Sedena recuperados por El Financiero. Sin embargo, al parecer no eran los únicos involucrados, pues elementos de la Guardia Nacional y de la Marina también participarían en estas actividades.
Si por un lado los grupos criminales se benefician de este negocio, Pemex paga las consecuencias. Y es que en los primeros seis meses del año en curso las pérdidas acumuladas por huachicol ascendieron a 8 mil millones de pesos, según consta en el documento Resultados al segundo trimestre 2022.
Desde que asumió la presidencia Andrés Manuel López Obrador implementó el Plan Conjunto para el Combate al Robo de Hidrocarburos. Sin embargo, hasta la fecha estas actividades siguen, pues en la segunda semana de noviembre de 2022 se aseguraron más de 150 mil litros de combustible ilícito en Nuevo León.
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