Los Fridos: quiénes eran y qué relación tenían con Frida Kahlo

Los Fridos tuvieron una fuerte influencia artística de la artista mexicana

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Frida Kahlo fue una importante
Frida Kahlo fue una importante artista de la primera mitad del siglo pasado. (Getty Images)

Frida Kahlo fue una de las pintoras más importantes y relevantes del siglo pasado. Ella, junto con quien fuera su esposo, Diego Rivera, fueron dos grandes representantes del muralismo mexicano de inicios y mediados del siglo XX.

Kahlo nació en la Ciudad de México, y la mayor parte de su vida estuvo marcada por la tragedia, el talento, el romance y su voluntad de seguir adelante a pesar de las dificultades que tuvo.

Kahlo aceptó ser maestra de la escuela La Esmeralda, en 1942. Según el libro Frida de Hayden Herrera, Frida Kahlo ganaba en dicha escuela 252 pesos por doce horas, laborando tres días por semana. Se dice que la llegada de Frida a esta institución de enseñanza causó gran impresión, pues era una mujer con una personalidad y un porte que algunos alumnos admiraban, sin embargo, otros más desconfiaban de ella.

Para ese entonces, La Esmeralda era una escuela con instalaciones austeras, y su matrícula de estudiantes era de, a lo mucho, 25 personas.

Frida Kahlo fue maestra de
Frida Kahlo fue maestra de pintura en la escuela La Esmeralda.

Según testimonios de los alumnos de Kahlo, que Herrera logró obtener para su libro, Frida era una maestra poco ortodoxa y respetaba los procesos creativos de sus alumnos, además de que procuraba que sus personalidades se vieran reflejadas en los cuadros que realizaban. No gustaba de estar en el aula de clases, por lo que los sacaba a las calles y les pedía que pintaran la vida callejera, el color de los mercados, capturar la esencia de los barrios a través de sus personajes, o los llevaba de paseo a estados cercanos a la Ciudad de México, como Puebla o las Pirámides de Teotihuacán, para tratar de despertar en ellos cierta estética de la vida cotidiana.

Debido a su complicado estado de salud, llegó un momento en el que Frida no pudo trasladarse con facilidad de su casa a La Esmeralda, por lo que propuso a sus alumnos que fueran a tomar clases a la ahora mundialmente conocida Casa Azul, ubicada en Coyoacán, en donde vivía. Algunos de sus alumnos, que tenían edades de entre los 14 y los 19 años, aceptaron la propuesta y se daban cita en la casa en la que vivía Frida con su esposo, Diego Rivera.

Al interior de la casa, tampoco había clases de manera literal, pues Frida los invitaba a pintar todo aquello que les llamara la atención en los jardines o de la casa, mientras ella estaba en su estudio. Según Hayden Herrera, Frida bajaba muy esporádicamente a revisar el trabajo de sus alumnos, y muy de vez en cuando, Diego Rivera también se llegaba a aparecer por los jardines y le daba retroalimentación a los jóvenes estudiantes acerca de sus piezas. Esta cercanía marcó, de por vida, artística y personalmente, a los alumnos, que con el paso del tiempo fueron conocidos como Los Fridos.

A finales del siglo XIX, la práctica de pintar en las pulquerías era muy popular, y la estética era bastante interesante, pues siempre tenía relación con el nombre del establecimiento y normalmente eran pintados por rotulistas y gente de la zona, no por artistas o estudiantes de artes plásticas. Se les consideraba como parte del arte popular y eran muy característicos en las pulquerías.

Los Fridos eran alumnos de
Los Fridos eran alumnos de Frida Kahlo, de la escuela La Esmeralda.

A principios del siglo XX el gobierno del país estableció una norma que prohibía que las pulquerías tuvieran murales en sus fachadas, pues eran muy llamativos y las autoridades buscaban que se redujera el consumo de esta bebida. Dicha medida se reforzó en la época posrevolucionaria, por lo que la práctica de pintar las pulquerías quedó abandonada.

Frida, en su afán de recuperar todo lo mexicano, y aprovechando el auge que tenía el muralismo, consiguió un permiso del gobierno para que sus alumnos pudieran pintar la fachada exterior de una pulquería que estaba a unas cuadras de su casa, llamada La Rosita. Ella y su esposo, Diego, hablaron con el dueño del establecimiento y le comentaron que todos los gastos correrían a su cuenta y nadie les cobraría ni un peso.

Una vez concluido el proceso de bocetaje y restauración del muro, para que pudiera ser intervenido, los pintores pusieron a disposición de sus alumnos todo el material que requirieron y, aunque ambos acudían a observar el avance y dar consejos, ninguno de los dos se entrometió en lo que los alumnos hacían.

Los nombres de Los Fridos que participaron en la intervención de la pulquería, fueron Erasmo Vázquez Lendechy, Arturo Estrada Hernández, Guillermo Monroy, Fanny Rabel, Lidia Briones, María de los Ángeles Ramos, Tomás Cabrera y Ramón Victoria. Las temáticas de los murales, que fueron pintados al oleo, eran muy variadas. Había un muro con una comida campestre, otro con un niño que le daba una rosa a su madre, un jaripeo, medios de transporte, entre otros.

La inauguración de los murales
La inauguración de los murales de Los Fridos, pintados en la pulquería La Rosita, fue una gran fiesta.

La inauguración de los murales de La Rosita fue un evento importante, al grado de que se anunció con volantes una gran fiesta, ilustraciones que rememoraban a los grabados de José Guadalupe Posada y fueron repartidos en plazas públicas, calles y mercados cercanos al centro de Coyoacán.

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