Cuando alguien toca temas de roles de género hacen que las personas se sientan incómodos, incluso prefieren no conversar de ello, pero es algo que ya se debe de normalizar a partir de esta época.
Ante este pensamiento, Mariana Gabarrot se dedicó a trabajar en esos cuestionamientos y a pesar de que en el siglo pasado no se decía nada y mucho menos se hablaba de roles de género, el día de hoy es algo que ya empieza a ser parte de la personalidad de las nuevas generaciones.
De acuerdo la autora de El ABC del género: Nociones mínimas para discutir el tema mencionó a Infobae LGBT+ que llegó al dominio público por dos razones muy opuestas.
“Una tiene que ver con la crisis en la violencia en México y las compañeras feministas que empezaron desde Juárez a buscar a las desaparecidas y ahora hemos salido a la calle y nos matan once al día, desgraciadamente el género se asocia con el feminicidio y la muerte”.
“Por otro lado desde los medios de comunicación y la fama y el “Me Too”, son dos confluencias ahí que han hecho que este tema esté en todas partes”. Así como el activismo LGBT+ y “compañeras trans que han estado haciendo la lucha por la ley de identidad, infancias, etc”.
Al empezar a conversar con las personas, la estructura de poder, uno puede entender que viene desde abajo hacia arriba, por eso empiezo el texto diciendo que parece que estamos en una camisa de fuerza, siendo esta la paradoja. No conozco a nadie que esté contento con su rol de género”.
Esto hace que el tema lo veamos en todas partes y al vivirlo diario causa temor “es algo que empezamos a ver y antes no veíamos”.
Y ante la incomodidad de hablar de los roles, que tienen las personas, ¿por qué no son aceptados? Ante esta pregunta, Mariana Gabarrot comentó que la historia de los roles de género es algo de años y el libro tiene contexto porque “la memoria da mucha luz para poder entender y de dónde viene”.
“El libro no es negar nuestra biología, pero es verdad que los machos mamíferos tienen más testosterona y por eso, pongo el ejemplo de los documentales de NatGeo, pero el resultado de esta pelea tiene que ver con que el que gana impregna a todas las hembras de la manada. Hoy, en el siglo XXI ya no es que se peleen para impregnarnos a todas, suena absurdo plantear el tema de la violencia masculina desde ahí, la testosterona”.
La investigadora respondió que esto tiene que ver con la manera en cómo se visualizó al hombre en un proceso histórico, ya que la violencia masculina “es la sociedad y un poco de historia. Los hombres han tenido un mandato muy específico, por parte de la sociedad y del estado (porque los primeros estados fueron masculinos) y defender la patria”, que todavía continua de esa manera.
“Las masculinidades son más violentas que las feminidades, sí, pero no por la testosterona, sino por razones históricas, y estas nos lleva a internacionalizar la razón de que todos los hombre son más violentos que las mujeres y que son más fuertes que las mujeres”.
Ese discurso es muy incómodo, pero ha estado ahí desde siempre y “no es justo”, ya que ese tipo de pensamiento “no deja que expresen sus sentimientos”, con ello el libro brinda definiciones útiles sin ser complejas.
“Es por eso cómo la estructura de género afecta tanto a hombres como a mujeres y a personas de la diversidad que entran en estos roles. Los roles nos incomodan, pero no los cambiamos y aceptarlo no sería justo, es como aceptar la desigualdad”.
Además, la autora menciona que el libro El ABC del género: Nociones mínimas para discutir el tema sirva con el fin de que las personas se atrevan a abrirse a la discusión porque sería muy útil.
La historia es dinámica y con el paso de los años se ayuda a ver cómo la ola feminista ayudó abrir parte de todos los males para los otros roles del género, “falta un poco más que los hombres entren al área del cuidado, pero las cosas han cambiado y las personas LGBT+ están reconocidas en las Naciones Unidas como sujetas de derechos humanos y hay leyes que las protegen”.
“Si han avanzado gracias al feminismo y por eso el texto es el ABC y explica que el feminismo es un parteaguas y que todos los términos que terminan ismos, como cristianismo, y me atrevería a decir que todos los feminismos, por lo menos, tienen en común la noción que tienen que luchar por una sociedad más igualitaria y que las mujeres tenemos el derecho a decidir sobre nuestras vidas”.
“El feminismo nace en el sufragismo, luego resolver si queremos estudiar, trabajar, una píldora anticonceptiva. Históricamente hemos abierto camino”, señaló recordando que fue Simone de Beauvoir que “puso en la palestra la palabra género”.
El trabajo y la dedicación se notan, la autora mencionó que tardó 27 años en acabarlo, “he tenido el privilegio de que muchas personas me han contado sus historias, si creo que he hecho un gran esfuerzo por escuchar”, después de que fue un ejercicio por parte de sus alumnas y que hoy en día es un libro que explica lo que incomoda a otros.
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