El drama que viven las personas trans por la discriminación

La catarsis, el dolor, la rabia política y el manifiesto fueron elementos que ayudaron a Frida Cartas no solo a exponer al mundo una parte de su vida, sino que también enseñar la transfobia que cualquier mujer u hombre trans vive un día en la vida.

Desde el 2009 Frida se unió a colectivos feministas y a marchas, tenía una columna en medios de comunicación cuyos temas eran de perspectiva de género, derechos sexuales y reproductivos, aunque nunca se imaginó que iba a ser excluida.

“Esta colectiva es la señalada de iniciar el terfismo (Trans-Exclusionary Radical Feminist) en la Ciudad de México. Inauguraron el supermilismo transexcluyente, yo fui una de las primeras, quedé muy mal y me deprimí”.

Esto determinó que no solo sufriera en manera personal, sino también que esta pelea involucrara su trabajo, sin militancia y “señalada como la apestada”.

A partir de estos problemas, Frida mencionó a Infobae LGBT+ que la atención con su psicóloga hizo que realizara diversas actividades para romper la depresión que le duró dos años, hasta que escribió nuevamente.

“La palabra de las personas que son señaladas nunca tienen validez, sino tienen validez de quien señala porque estamos en una dinámica inquisitiva y punitiva, en el cual las supuestas víctimas tienen la razón y hay una idealización de las víctimas cuando no es así porque este es un sentido muy religioso. El ´yo te creo´ es muy religioso”.

En cuanto empezó a escribir tuvo un puñado de textos, el cual se los enseñó a Diana Torres (editora) “y me dijo esto es un libro”.

“Me sugirió un orden y ese fue el libro, nunca fue pensado como un libro en el cual hablo desde el dolor, enojo, rabia política, pongo mi postura y varios lectores dicen que es un manifiesto feminista porque tiene mucho de la teoría que había leído y de la experiencia empírica que yo hice para poder llamarme Frida”.

“Como ser trans y morir asesinada en el intento” es un libro con un nombre fuerte y ella le dice a la gente que “se lee fuerte y es fuerte para quienes los vivimos y no alcanzan a contarlo ni verlo, porque efectivamente terminan asesinadas”, comentó.

Conforme a la visibilidad trans la escritora mencionó que es reciente, aunque esto no significa que no exista, pero “a mí me parece que quedaron atrapadas muchas letras que específicamente tenían diferencias con lesbianas y gays”.

De igual forma, las personas trans en sí “no es una orientación sexual, es un asunto de identidad y corporalidad”, señaló.

“La visibilidad que tuvo hace algunos años permitió el auge, el tema, pero hemos visto que se han unido grupos entre fascistas y feministas radicales, también hay un colectivo que se llama ´Alianzas LGB´ quitaron la ´T´ y hay varias y me espanta mucho”, advirtió.

A partir de este momento empezaron a crearse grupos de extrema derecha “y sirvió para darnos cuenta de las afinidades políticas que tienen estos grupos, con la misma gente de nuestro colectivo o con la misma gente que milita en el feminismo y ahora que estoy mucho mejor no me duele, pero me recuerda mucho a lo que te decía que es gente que consideraba amiga”.

“De repente por una postura política públicamente sea una Terf (feminista trans excluyente) o que tu amiga lesbiana de repente sea anti trans, o que encuentres a un grupo de neonazis que hablen contra de las personas trans, iglesia o incluso los personajes políticos”, confesó.

A partir de todos estos grupos Frida dijo que las personas trans son un grupo satanizados, además de que acusan a las personas trans de tener “tintes nazis por querer desaparecer a las mujeres, pero en la práctica quieren desaparecer a todos”.

Es por esta razón que estos libros “son muy íntimos, yo no oculto nada de las emociones y también trato de decir que es como un abrazo, son libros que son fuego, pero no es un fuego que quema, sino es uno que abraza y te mentiría que tengo una idea o una solución para el problema que hay, con las personas trans, porque creo que no podemos, no tenemos los espacios tan difundidos que tienen las otras que están en contra de nosotras, de nuestras identidades, no tenemos los recursos”.

La vida de las personas trans es muy difícil y Frida lo indicó ya que por su identidad no llegan a ser contratadas, “están marginadas en el tema educativo y estamos tratando de sobrevivir cuando son echadas desde casa, muy pocas tienen oportunidad de ir a la universidad, de tener oportunidad laboral con buenos salarios porque se discrimina con la sola apariencia, si te ves hombre o mujer. La mayoría de las personas trans asesinadas ni siquiera llegan a los 40 años”.

“Estamos un poco atadas de mano porque lo que nos queda es acompañarnos, tratar de esperar el momento para escuchar nuestras voces y escribir, yo no soy escritora, empecé a través de la experiencia porque creo que eso es importante”.

La reivindicación de su persona lo apropió poco a poco y mientras las personas trans empiecen a escribir de su vida, se podrá ver que hay historias distintas ya que una “trans no se hace de la noche a la mañana”.

De igual forma, la agresividad hacia las personas trans se ha notado y “siempre están respondiendo a la defensiva y es entendible en el sentido de toda la marginación, la burla, el escarnio que se ha pasado, sobrevivido, aunque a mí me parece que es a partir de la academia y militancia”.

Sobre el tema de las infancias trans reconoció que el efecto mediático es un poco ensordecedor porque “todo mundo cree que es hormonarlos o llevarlos a cirugía y estas posturas que hay de las personas fascistas siempre hablan de mutilación, hormonarlos”, siendo que ni siquiera hay hormonas para las personas adultas.

Es así como Frida señaló que se debería de ver este tema como algo feliz, que los menores estén contentos con su infancia “para que puedan crecer con una estabilidad y una fortaleza emocionales y que el futuro sean jóvenes más plenos y no lo están haciendo”, finalizó.

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