Los conocidos de Ariadna Fernanda López Díaz que se reunieron con ella en un restaurante el pasado 30 de octubre en la Ciudad de México, son dos de los presuntos implicados en el feminicidio de la joven de 27 años, localizada sin vida en la carretera de Cuautla, Morelos, un par de días después.
A pesar de que la Fiscalía General de Justicia de la CDMX abrió una carpeta de investigación por este caso y la Fiscalía de Morelos inició con las primeras indagatorias, aún quedan muchas incógnitas sobre estos hechos, pues las versiones de las autoridades no coinciden en algunos puntos con lo señalado por Autel y Vanessa, los ahora sospechosos.
Lo que se sabe es que Fernanda había acudido con unos conocidos al restaurante Fisher’s el domingo pasado, ubicado en la calle Durango de la colonia Roma Norte en la alcaldía Cuauhtémoc. Después se trasladaron al departamento de uno de ellos, identificado como Rautel Astudillo, en la misma zona.
Lo último que supieron de Ariadna es que abandonó el departamento para supestamente abordar un taxi. Al cabo de un par de días unos ciclitas encontraron su cuerpo en el kilómetro 7 de la autopista La Pera-Cuautla. El 2 de noviembre se confirmó que se trataba de Ariadna.
Ricardo y Mariana, los ciclistas que encontraron a Fernanda, tomaron fotografías de su cuerpo y las compartieron en redes sociales, en caso de que sus familiares no supieran su paradero. Fue gracias a los tatuajes de la joven como la pudieron reconocer.
De acuerdo con el fiscal general del estado de Morelos, Uriel Carmona, la muerte de Ariadna fue por broncoaspiración etílica, y aseguró que su cuerpo no presentaba huellas de violencia o abuso sexual, por lo que hasta el momento se descartaba el móvil de feminicidio.
Sin embargo, las declaraciones de las personas allegadas a Ariadna Fernanda apuntan lo contrario. Según Natalia Armendáriz, una de sus amigas, en su cara y en uno de sus brazos se alcanzaban a apreciar indicios de posibles golpes, por lo que solicitó que se realizara una segunda autopsia.
Incluso su hermano, Omar Rodríguez, comentó a medios locales que su familiar había sido localizada “golpeada y moreteada”. Esto se contrapone a lo emitido por la Fiscalía de Morelos, la cual aseguró que la muerte de Ariadna tuvo que ver con la ingesta de alcohol, según las pruebas químicas forenses.
Alejandra, otra de sus amigas, señaló que hasta el momento no tienen la certeza de saber si Ariadna abordó el taxi o no, si lo hizo acompañada de alguien más y si lo pidió por medio de una aplicación (Uber) o lo tomó de la calle. Ante el desconocimiento de los hechos, sus familiares han exigido que su muerte se investigue como feminicidio.
Reportes preliminares indican que Rautel Astudillo fue la última persona que vio con vida a Fernanda. “Ella solita se fue, los mismos invitados que estaban en el bar fueron a mi casa. De ahí nos fuimos temprano y ahí fue donde yo perdí comunicación con ella”, detalló el dueño del departamento ante medios de comunicación.
La pareja de Rautel, Vanessa, fue quien invitó a Ariadna a salir el domingo 30 de octubre y la habrían acudido al velorio de la joven de 27 años, asegurando no saber cómo ocurrió su deces. Incluso, Astudillo comentó a medios locales que él estaba dispuesto a colaborar con las autoridades en lo que se fuera necesario.
Sin embargo, posteriormente se supo que tanto Rautel como Vanessa son los dos principales sospechosos por el feminicidio de Fernanda. Lo anterior se pudo determinar a través de las cámaras de videovigilancia instaladas en la zona, las cuales muestran cómo en la mañana del 31 de octubre un sujeto cargaba en sus hombros a una mujer que se apreciaba inconciente para después subirla a una camioneta, dio a conocer la Fiscal General de Justicia de la CDMX, Ernestina Godoy.
Luego de realizar un cateo en el departamento de Rautel, las autoridades capitalinas encontraron evidencia de sangre en la sala y en una de las habitaciones. Es por ello que Vanessa fue detenida este domingo 6 de noviembre en el municipio de Ecatepec, en el Estado de México, mientras que su pareja se encuentra prófugo.
“Ari”, como era llamada por sus amigos, era madre y trabajaba en un establecimiento de la CDMX. El sábado 5 de noviembre fue despedida por su familiares y allegados en el panteón San Nicolás Tolentino, en Iztapalapa.
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