Ya pasaron aproximadamente 23 años desde que Thalía protagonizó su última telenovela en Televisa. Se trata nada más ni nada menos que de Rosalinda, un melodrama donde compartió créditos con Fernando Carrillo, Angélica María, Nora Salinas, Adriana Fonseca y su media hermana, Laura Zapata. Meses después, la artista de entonces 28 años contrajo nupcias con el empresario Tommy Mottola en una espectacular ceremonia donde lució un majestuoso vestido de novia diseñado por Mitzy.
Tras su evento se mudó definitivamente a Estados Unidos, donde cambió el rumbo de su carrera y regresó a sus orígenes, la música. Y es que antes de convertirse en actriz ganó fama internacional con Timbiriche. Desde ese entonces sus fans esperan con ansias que algún día decida regresar a los melodramas mexicanos, pero posiblemente eso jamás suceda, pues según contó en entrevista con Karla Díaz para Pinky Promise, no quiere volver a vivir ese martirio.
La esclavitud del set. Desde las 08 de la mañana estás ahí, sales a las 11 de la noche de lunes a sábado, solo domingo como para recuperarte y así fueron todas mis novelas, una tras otra. El tren de trabajo yo dije ya no más, entonces cuando me dicen te tengo este trabajo, te tengo esta novela, te tengo esta oferta... ¡no! es que me quedé bien ciscada porque uno lleva el peso.
De esta manera, la intérprete de ¿A quién le importa?, El último viernes y Estoy enamorado confesó que su experiencia con las telenovelas mexicanas no fue del todo gratificante, pues significó una época muy dura en su carrera donde durante aproximadamente un año y medio de grabaciones -tiempo aproximado que duraba el rodaje- se la pasaba entre foros y set de televisión sin parar, además de que sus estelares fueron continuos.
Pero eso no es todo, Thalía explicó que cuando trabajó en sus protagónicos vivió mucho estrés porque en algunas ocasiones el tiempo comía a la producción y terminaban grabando los capítulos con tan solo unas horas de diferencia antes de que fueran trasmitidos: “Esa angustia no”.
Cabe recordar que la artista mexicana debutó como actriz en 1986 como Dina en La pobre señorita Limantour, una novela dirigida por Pedro Damián. Pero no fue hasta Quinceañera (1987) que realmente destacó en la pantalla chica convirtiéndose en un clásico en la historia de la televisión nacional. Después estelarizó Luz y Sombra (1989) con Alberto Mayagoitía.
En 1992 continuó con su trilogía icónica trilogía María Mercedes, Marimar y María la del Barrio. Finalmente grabó Rosalinda y desde ese entonces no ha hecho otro proyecto para tv. Durante la entrevista Thalía confesó que tiene un gran cariño por esos tres personajes, pero en particular le gusta la dulzura y libertad que caracterizó a Marimar, pero con la picardía de la citadina.
También contó que uno de los momentos más complicados que vivió al comienzo de su carrera fue cuando pasó de una niña que disfrutaba mucho cantar por juego a convertirlo en su profesión, pues parte de su niñez se perdió porque tenía que trabajar dando espectáculos infantiles cuando ella solo quería divertirse.
“Como a los ocho años entré a un grupito musical [y pase de] jugar a ser cantante a ya todos los viernes, sábado y domingo era ir a Reino Aventura a hacer el show infantil dos veces al día. Entonces yo decía ‘¿por qué? yo estoy jugando que quiero ser cantante y por qué ahora tengo que trabajar cantando en un escenario entreteniendo a otros niños cuando yo quiero ir a los juegos’”, declaró.
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