La tarde del 3 de noviembre, el alcalde de Guadalajara Pablo Lemus Navarro hizo un peculiar acto de presencia en la boda de Elizabeth Castro Cárdenas, la reconocida conductora de televisión y presidenta de la organización Apadrina un Trasplante. Y es que el edil no asistió únicamente como invitado, sino que se encargó de oficiar la ceremonia matrimonial.
“Quisiera explicar algo porque hay dudas generalmente que dicen por qué los estás casando. La Constitución del estado de Jalisco faculta a los municipios para que el alcalde sea el primer juez del municipio, entonces nosotros derivamos facultades en los jueces de lo civil y por lo tanto tenemos también facultades para poder casar”, fue la justificación que dio Lemus Navarro sobre su participación en el evento.
Y aunque el munícipe evitó registrar su asistencia en sus redes sociales, todo quedó guardado en las diferentes cuentas de la conductora, quien contrajo nupcias con el venezolano Joss Camaro, exintegrante del grupo de espectáculos conocido como Wapayasos y Horripicosos.
Lo que generó múltiples cuestionamientos sobre esta situación fue la relación que tenía Eli Castro con Luis Oswaldo Espinoza Marín, dueño de la inmobiliaria Asesores Jurídicos Profesionales (AJP) de Jalisco que confesó un fraude multimillonario antes de suicidarse el pasado mes de agosto.
“¡Pablito! Adorado Pablo”, fueron las palabras con las que Eli Castro saludó al alcalde al llegar al recinto.
Eli Castro, quien también se desempeña como Directora Operativa de la Industria Jalisciense de Rehabilitación Social (Injalreso), trabajaba en la inmobiliaria como relacionista pública y vendedora de casas. Cuando se dio a conocer el fraude orquestado por Espinoza Marín circularon rumores de que la conductora había estado involucrada en el caso por presuntamente haber “llevado” inversionistas, lo cual negó.
“Claro que conocía a Luis Espinoza y no solamente lo conocía, lo quería”, reconoció Castro en sus redes sociales. ”Claro que lo recomendaba, pero le prestaba mi imagen, le prestaba mi imagen y él se equivocó, yo no llevé a nadie y ahora resulta que todas las personas, como si los hubieran agarrado y les hubieran puesto una pistola y los hubiera llevado. La verdad es que nadie lleva a nadie, creo que todos fuimos manipulados y fuimos víctimas”, añadió en un video.
Más adelante, Apadrina un Trasplante también se deslindó de los actos cometidos por Luis Oswaldo Espinoza, quien llegó a tener un cargo importante como tesorero de la fundación.
“[La fundación] reconoce que Luis Oswaldo Espinoza Marín tenía un cargo honorífico en esta fundación [...] Nos deslindamos de las acciones ejercidas por Espinoza Marín, las cuales desconocíamos en su totalidad y condenamos rotundamente”.
Asimismo, se puede leer en el comunicado del Consejo de Apadrina un Trasplante, “Espinoza Marín no tenía acceso a los recursos de esta organización, ni en el manejo alguno de sus finanzas”.
Por su parte, Pablo Lemus declaró que no tenía relación alguna con el empresario inmobiliario, pues las sospechas comenzaron a brotar cuando se difundieron fotos en las que ambos aparecen juntos.
“Fui invitado a una cena, de una fundación de Apadrina un Trasplante. En esa cena de la propia fundación entiendo que este personaje, este defraudador, era el tesorero de esa fundación y bueno, pues nos pidieron una foto con los miembros de esa fundación y nos tomamos esa foto”, comentó Lemus Navarro a los medios días después del suicidio de Espinoza Marín.
“Yo al personaje no lo conozco, ni siquiera me he podido aprender su nombre, no tengo absolutamente nada que ver con él y la única vez en mi vida que recuerdo haberlo visto, fue en esa cena”, mencionó el alcalde de Guadalajara sobre sus presuntos nexos con el empresario.
Otro miembro de la función pública de Jalisco que asistió al casamiento fue el Secretario de Educación Juan Carlos Flores Miramontes, según se pudo ver en las historias del representante del novio.
El fraude multimillonario de Luis Oswaldo Espinoza
El 5 de agosto hubo una protesta a las afueras de la Fiscalía General del Estado de Jalisco, ubicada en Guadalajara, en la que decenas de personas denunciaron haber sido víctimas de fraude por parte de la inmobiliaria AJP de Espinoza Marín.
Según lo que comentaron, las víctimas le daban al empresario grandes cantidades de dinero para adquisiciones de inmuebles y a cambio recibían atractivas comisiones. Los 30 años de trayectoria de Espinoza Marín en el sector, así como las recomendaciones de figuras como Eli Castro, eran lo que hacía confiar a la gente.
Un día después, el 6 de agosto, el empresario compartió un sorpresivo video en sus redes sociales en el que se confesó responsable de las operaciones fraudulentas. Su modo de actuar era el siguiente: vendía su imagen y su prestigio para convencer a las personas de invertir su dinero en propiedades antiguas que, posteriormente, remodelaba y vendía hasta en el triple de su precio original, de acuerdo con el representante legal de algunas víctimas.
Sin embargo, durante la pandemia por Covid-19, Espinoza Marín sobrehipotecó los bienes a los que sus inversionistas habían inyectado recursos, por lo que no tenía manera de pagarles.
“Durante 29 años pagué a cabalidad todas las obligaciones a todos y cada uno de mis inversionistas, actualmente ya no puedo seguir adelante, todo el dinero que me dieron de inversiones está invertido en bienes raíces que están hipotecados”, confesó en un video de cuatro minutos de duración.
Posteriormente, pidió que él fuera considerado como el único responsable del fraude. “Ni mis familiares, ni mis compañeros de trabajo, ni mi esposa, ni mis hijos, a quienes pido perdón igual que a mis clientes, utilizaron de manera fraudulenta los recursos, el responsable, éticamente, civil, penal e histórica soy yo, suplico no sigan represalias sobre gente inocente”.
Minutos después de haber publicado la grabación, agentes ministeriales llegaron a su casa con la intención de realizar un cateo derivado de las denuncias. Ante la llegada de los uniformados, Luis Oswaldo Espinoza detonó un arma en un par de ocasiones, sin impactar a ninguno, y posteriormente utilizó el mismo instrumento para dispararse en la cabeza.
La información más reciente de la Fiscalía de Jalisco sobre el caso es que se han acumulado un total de 942 denuncias en contra de AJP por un fraude que supera los mil millones de pesos.
“Actualmente no puedo seguir adelante ni con mi vida, los últimos seis meses de mi vida me siento anímicamente, física y moralmente destrozado, lo he perdido todo [...] Que solo Dios me juzgue”.
La cercanía de Eli Castro con Rafael Caro Quintero
En años recientes han salido a la luz los nexos que la conductora de televisión y funcionaria de la Injalreso ha tenido con Rafael Caro Quintero, fundador del Cártel de Guadalajara y uno de los narcotraficantes más buscados por México y Estados Unidos.
De acuerdo con las investigaciones de la periodista Anabel Hernández, Eli Castro fue quien, en 2010, cumplió la labor de Cupido al presentarle al capo a Diana Altagracia Espinoza Aguilar mientras él estaba recluido en el Penal de Puente Grande, Jalisco.
Según consta en el libro Emma y las otras señoras del narco, Diana estaba en la cárcel femenil del mismo complejo penitenciario y, cuando conoció a Caro Quintero, acababa de ganar el certamen de belleza de las Fiestas de Octubre de Guadalajara y Miss Fotogenia.
“Ella fue quien nos dijo, pueden hablar si están solos los dos, ¿por qué no hablan? En ese entonces yo era reina de belleza de ahí de la cárcel y entonces fue él quien me vio… le preguntó por mi a esta chica que era conductora de televisión, ella nos presentó y fue así como empezó a crecer esta relación, este sentimiento. Él estaba solo, yo igual”, narró Diana Espinoza a la periodista sobre la influencia de Eli Castro en el amorío.
En julio de este 2022, Eli Castro reveló en una entrevista para Milenio que ella había sido una pieza clave para la liberación del Príncipe, como también le llamaban a Caro Quintero, en 2013.
Esto, debido a que ella recibió una carta del capo en la que le solicitaba al entonces presidente Enrique Peña Nieto apoyarlo para conseguir su salida de prisión. Eli Castro, con una influencia que fue duramente cuestionada, ingresó a la zona restringida donde Caro Quintero estaba recluido. Recibió la carta y luego se la entregó a Aristóteles Sandoval, gobernador de Jalisco en aquellos tiempos, quien a su vez le hizo llegar la misiva al expresidente.
Días después, Sandoval le confirmó a Castro Cárdenas que la carta ya estaba en manos del mandatario federal. Unos meses después, el 9 de agosto de 2013, Rafael Caro Quintero salió caminando del Penal de Puente Grande.
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