Corrían mediados del 2018. Los resultados de las elecciones presidenciales habían concedido el triunfo a Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y éste promulgaba sus agradecimientos en los que incluyó a “las benditas redes sociales”, sin imaginar que, a casi cuatro años de su gobierno, serían un constante dolor de cabeza para su administración - especialmente de Twitter.
Con casi 200 millones de usuarios activos por día, la red social del pájaro azul figura como una de las más importantes para el círculo de la política al permitir una expedita comunicación unilateral, así como el intercambio de opiniones. Sin embargo, este último es capaz de subir a la conversación pública cualquier tema que, si resulta de interés o polémico, puede derivar en grandes olas de críticas y cuestionamientos contra las o los involucrados; más aún si se habla de personajes políticos.
Por supuesto, las controversias del gobierno de la autodenominada Cuarta Transformación (4T) le han valido de ser “un cliente frecuente” de estos episodios, a los cuales suelen unirse líderes de opinión críticos y miembros del flanco opositor. Tanto ha sido “el agravio” a su sexenio, que el propio Andrés Manuel ha puesto en duda la veracidad de los usuarios que se lanzan contra él, al afirmar que gran parte de éstos son bots ó cuentas falsas (normalmente diseñados para replicar un contenido).
Bajo ese tenor fue que el 5 mayo del 2020 el Jefe del Ejecutivo aseguró que pedirían a las bases de Twitter y Facebook en México informes de transparencia respecto a los supuestos clientes que contratarían estos servicios.
“En otros países tienen que informar, ¿por qué en México no? Resulta que México es de los países en donde más se trafica con lo de los bots”, aseveró en conferencia matutina de prensa.
Esa misma tarde, Twitter México negó que percibiera ingresos por automatización maliciosa, pues, aseveró, su uso está prohibido en la plataforma, de tal forma que abogó por que actores perpetradores de dichas prácticas rindan cuentas del financiamiento recibido: “De nuestro lado, seguiremos trabajando para proteger la conversación pública”, atajó la cuenta, recordando que sus reportes financieros son publicados trimestralmente
Pese a la declaración, el tabasqueño ha refrendado la presencia de bots, gracias a los cuales, según él, la red social se ha transformado en una herramienta de manipulación. De ahí que ha insistido en ir “tras bambalinas” y erradicar la práctica de adquisición y explotación de bots: una petición que se intensificó ante la pelea que el multimillonario, Elon Musk, sostuvo por la compra de Twitter.
Twitter no recibe ingresos por automatización maliciosa. La automatización, o los llamados 'bots', que se utilizan con fines de mala fe están prohibidos en Twitter.
— Twitter México (@TwitterMexico) May 4, 2020
“Ojalá y lo limpien. Que lo limpien de la corrupción que hay ahí. De la manipulación que hay con bots, la compra de publicidad sin transparencia. Que se acabe la manipulación y que no haya censura para tener medios de información alternativos”, externó López Obrador en su mañanera del 26 de abril del 2022, luego que Musk (dueño de Tesla y Space X) se consolidara como el mayor accionista de Twitter.
La petición de AMLO fue secundada por su hijo mayor, José Ramón López Beltrán, quien - a través de su cuenta oficial - pidió al hombre más rico del mundo interceder para “acabar con la guerra sucia”: “Esta red social debe ser el gran espacio de libertad de expresión”, comentó en un tweet.
Y es que el multimillonario emprendió su batalla por la adquisición de Twitter como una cruzada por la libertad de expresión, luego de que la conducción de la red social llevara adelante una política de regulación del discurso a fin de evitar que se transforme en un refugio de discursos conspirativos, anti democráticos o de odio. La materialización más relevante de la estrategia fue el cierre de la cuenta de Donald Trump, cuando aún era presidente de los Estados Unidos (EEUU), tras el asalto al Capitolio, en enero del 2021.
Sin embargo, fue precisamente la presencia de bots lo que había llevado a Musk a reconsiderar la oferta, con miras a cancelarla: el empresario exigía al CEO comprobar que menos del 5% de usuarios representan cuentas falsas. Esto, de cierta forma, abonó al reproche que López Obrador había externado desde hace dos años atrás y el cual volvió a restregar a su estilo en la mañanera del 18 de mayo.
“Se arrepintió o se congeló la operación porque se empezó a hablar de que no había palomitas, sino pajarracos. Que había muchas cuentas falsas. (...) Es un fenómeno mundial”.
Pese a los tropiezos, en la noche del pasado 27 de octubre Elon Musk concretó la adquisición de Twitter Inc por un valor de USD 44 mil millones. Una noticia que, como era de esperarse, llegó a oídos de López Obrador quien volvió a externar su petición de “liberar a Twitter del conservadurismo”; para entonces, 31 de octubre, AMLO ya aseguraba que incluso mafias estaban detrás de los bots.
“Twitter está tomado. Controlan ahí a quienes manejan granjas de bots. Quienes pagan les inflan sus cuentas. (...) Es un instrumento de comunicación fundamental, importantísimo, pero ya estaba bajo control del conservadurismo y del poder económico, de mafias”.
Incluso, con la llega del multimillonario a la red social, el Jefe del Ejecutivo Federal no dejó pasar la oportunidad para abogar por “su amigo” Trump en razón de “la censura” antes mencionada - y por la cual fue vetado de esa y las otras redes sociales propias del imperio de Mark Zuckerberg.
“Se tiene que reparar el daño que se causó cuando se le canceló la cuenta al presidente Trump (...) Una cosa es que se manipule, el que no haya ética, y otra cosa es prohibir la expresión libre de cada ciudadano”, arremetió.
Es pertinente recordar que el ex presidente fue acusado de haber incidido - a través de cuenta personal - en el asalto que sufrió el Capitolio el 6 de enero del 2021, cuando el Congreso se disponía a certificar a Joe Biden, su sucesor y actual mandatario, como nuevo presidente de la nación. Fue así que AMLO condenó la decisión de Twitter de suspender la cuenta de Trump; no así con el hecho perse de las agresiones perpetradas por simpatizantes del republicano.
“Algo que no me gustó ayer de lo del asunto del Capitolio (fue) la censura. No me gusta que a nadie lo censuren y le quiten el derecho de transmitir un mensaje en Twitter o en Face. No estoy de acuerdo con eso. No acepto eso”.
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