El pasado martes, se concluyó la venta de Ricolino, empresa que pertenecía a Grupo Bimbo. Quien la adquirió fue la empresa estadounidense Mondelēz. Y es que la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece), autorizó la compra de las marcas de Ricolino a la empresa de origen estadounidense, movimiento con el que fortalece su posición en la producción y ventas de confitería.
La operación de Ricolino, que incluye 6 mil trabajadores, así como seis plantas de producción y una plataforma de distribución con más de 3 mil rutas que llega a 600 mil puntos de venta, formará parte de Mondelēz Snacking México.
Oriol Bonaclocha, presidente de Mondelēz México, declaró que esta nueva era para la compañía responde a la estrategia de negocio y crecimiento global de la multinacional.
Grupo Bimbo anunció que había recibido la autorización para la venta de Ricolino, empresa con la que entró al segmento de la confitería en 1970. La venta de esta división de negocios de anunció en abril, y con ella, la empresa mexicana busca centrarse en el negocio de la panificación y los snacks.
El director general de Grupo Bimbo, Daniel Servitje, dijo que “la venta de Recolino fue una decisión estratégica para poder enfocarnos más en nuestras dos industrias principales, la industria de panadería, y el negocio de snacks. Confitería no estaba contemplado dentro de esta estrategia”, en una conferencia con analistas hace unos días.
Inicios de Bimbo
Grupo Bimbo, empresa mexicana, era dueña de Ricolino, antes de que pasara a manos de la estadounidense Mondelēz. La historia de esta empresa es muy remota.
Y es que ésta comenzó cuando Juan Servitje y Josefina Sendra llegaron a México a inicios del siglo XX. Ellos nunca se imaginaron que su familia crearía la panificadora más grande del mundo: Bimbo. En ese momento, ellos eran dos de los 3.5 millones de españoles, que entre 1880 y 1930 llegaron al país. Juan comenzó a trabajar en una panadería llamada La Flor de México, y más adelante, en 1928, fundó El Molino, su propia pastelería. Ese sería el inicio de una gran historia.
El matrimonio tuvo cinco hijos, que desde muy pequeños se vincularon al negocio familiar. El mayor de ellos, Lorenzo, comenzó a trabajar en El Molino mientras realizaba sus estudios de contador público en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). El conocimiento que adquirió en la universidad, le permitió tomar las riendas del negocio en 1937, cuando tras la repentina muerte de su padre se convirtió, con tan solo 18 años, en el gerente del negocio familiar, puesto que desempeñó hasta 1945.
Ese año fue clave, pues fue cuando cinco socios fundaron Panificación Bimbo. Estos eran Lorenzo Servitje, Jaime Jorba, Jaime Sendra, Alfonso Velasco y José T. Mata. Entonces únicamente tenían 34 empleados que, entre otros productos, distribuían su ahora famoso pan de molde o pan blanco. Fue entonces cuando también nació el famoso logo del osito blanco, que estuvo basado en otro oso que se encontraba en una tarjeta navideña que recibió Jaime Jorba, quien dejó Terrasa en 1936 para ir a México y que fue gerente de ventas hasta 1961. Él era primo de Lorenzo Servitje, quien ocupó el puesto de gerente hasta 1963.
Por su parte, Jaime Sendra también era hijo de la inmigración. Su familia abandonó España en dos ocasiones. Sendra nació en la Ciudad de México en 1910, y poco tiempo después su familia regresó a España. Sin embargo, tras el estallido de la Guerra Civil Española, en 1936, Sendra volvió a México y comenzó a trabajar en la Flor de México. Era tío de Lorenzo Servitje.
Mientras tanto, José T. Mata era amigo de la infancia de Lorenzo, mientras que Alfonso Velasco era un ingeniero experimentado en la fabricación industrial de pan y bollería.
Poco a poco fue creciendo hasta llegar a lo que es ahora, una empresa que tiene operaciones en 33 países. El gigante mexicano es uno de los líderes mundiales con presencia en gran parte de Latinoamérica, Europa, China, Ucrania, Kazajistán, Rusia o Turquía, entre otros. En 1945 comenzaron con 34 empleados, y actualmente cuentan con más de 100 mil.
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